Salud Intercultural: Perspectivas desde los Pueblos Indígenas y Afro-Descendientes de Abya Yala.

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Ri utzilaj K’aslemälil richin ri winaqi´ Abya Yala Salud Intercultural: Perspectivas desde los pueblos Indígenas y Afro-descendientes de Abya Yala. Jaime Idrovo es ecuatoriano y doctor en arqueología. Ha efectuado y publicado numerosos trabajos sobre el tema y otros en historia y antropología. Dominique Gomis es francesa y arqueóloga. Ha trabajado en diversos proyectos arqueológicos en el Ecuador.

COMITÉ EDITORIAL: Arturo Quizhpe P. - Maria Hamlin Zuniga EQUIPO COMUNICÁNDONOS Editor:

Jorge Quizhpe Peralta

Co – editor: Silvina Alessio Fotografía:

Silvina Alessio - Jorge Quizhpe - Santiago Ameigeiras

Selección y composición fotográfica: Silvina Alessio Entrevistas y registros en audio: Jaime Idrovo - Dominique Gomis - Patricio Matute Diseño y diagramación Impresión: Gráficas Hernández Cuenca – Ecuador: Agosto 2010 Los contenidos de esta obra pueden ser transmitidos o distribuidos por cualquier medio, siempre que se mantenga el contexto y se cite la fuente.

Contactos: Movimiento para la Salud de los Pueblos, Latinoamérica Calle Tomás Ordóñez 9-18 y Simón Bolívar - Tel: +593 (07) 284.18.65 Email: msp-latinoamerica@etapanet.net - Sitio web: www.phmovement.org Cuenca - Ecuador


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PRÓLOGO

¡Queremos vivir la otra historia!

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ace cinco años, asistimos al nacimiento de la Universidad Internacional de Salud de los Pueblos (IPHU por sus siglas en inglés), una Universidad llena de vida y sueños, de espacios abiertos para nuevas ideas y propuestas, para compartir, unificar y construir caminos de libertad, dignidad y salud.

La primera sesión de la Universidad Internacional de Salud de los Pueblos, realizada en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Cuenca, Ecuador, marcó un hito histórico por la participación de investigadores, académicos, activistas sociales y dirigentes populares de 18 países, que respondieron con entusiasmo y alegría a nuestra convocatoria e iniciativa del Consejo Internacional de Salud de los Pueblos (IPHC por sus siglas en inglés). Desde entonces, Julio de 2005, la Universidad Internacional de Salud de los Pueblos ha contribuido al fortalecimiento de los movimientos populares en salud de todo el planeta. Múltiples eventos y jornadas, debates y encuentro, seminarios y cursos cortos se han desarrollado en todos los continentes. En Abril de 2010, Chimaltenango, Guatemala fue la sede de un nuevo encuentro de la Universidad Internacional de Salud de los Pueblos. Sesenta y cinco representantes de los pueblos indígenas y afro-descendientes de Abya Yala , marcaron una diferencia significativa con otros eventos “Académicos”, un sentir y compartir durante 15 días de lo que significa vivir en armonía, en equilibrio entre hombres y mujeres, entre representantes de diversas comunidades, entre seres humanos, entre el uno y el otro, entre género humano y naturaleza, entre la diversidad y la utopía de un mundo solidario y único. Jaime y Dominique, los miembros del Equipo ComunicándoNOS, Jorge, Silvina, Patricio, Santiago, del Movimiento para la Salud de los Pueblos de Latino América, NOS permiten revivenciar lo multicolor y diverso de nuestra realidad, NOS ayudan a visualizar caminos de esperanza en medio del oscuro panorama impuesto por las elites y grupos hegemónicos. Al tiempo que nos invitan asumir una actitud de reflexión y alerta a la retórica “intercultural”, del “rescate” de la medicina indígena y tradicional combinada con la promoción de una agresiva cultura del consumismo, de la explotación y destrucción de la naturaleza; la búsqueda del lucro desorbitado en beneficio de los grupos de poder transnacional que nada tiene que ver con la sabiduría ancestral de nuestros pueblos y su sentido de pertenencia a la naturaleza. Reducir el aporte de los pueblos originarios, a sus rituales, y músicas, tatuajes en el cuerpo o colorido de sus ropas, es vaciar el contenido, romper con la profundidad de su discurso, y el coraje para defender su cultura y su vida nos insinúan a lo largo de su reportaje enriquecido con testimonios, fotografías y entrevistas. En fin un nuevo aporte, gracias a la sensibilidad y compromiso social de sus autores que asumieron la dura tarea de juntar múltiples granos de maíz para darle nueva energía a nuestros pasos, para continuar caminando, y construyendo la esperanza como lo testimoniara Bety Cariño, desde abajo, a la izquierda y del lado del corazón.

Arturo Quizhpe P. María Hamlin Z.

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Homenaje

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l Movimiento para la Salud de los Pueblos-Latinoamérica, a través de La Universidad Internacional de la Salud de los Pueblos (IPHU-G) Guatemala, dedica este libro a la memoria de todos los hombres y de todas las mujeres que cayeron por la defensa de la Madre Tierra, en América.

Quiere también trasmitir la voz al unísono de los presos indígenas y campesinos de Mesoamérica; de los Mayas, Mixtecos, Miskitos, afro - descendientes y mestizos, injustamente encarcelados bajo la acusación de terrorismo, sólo por el hecho de haber querido defender el derecho de escoger sus propias formas de vida. En Guatemala, quiere ser la voz hacia el mundo, de la compañera Crisanta, con orden de captura y que vive escondida del terror y la muerte, sin doblegarse; de los compañeros de San Juan de Sacatepéquez brutalmente reprimidos; de la compañera María Fidelia que perdió a su hijo Inmán Orlando, asesinado por las balas de la cementera y el sostén de quienes se alinean con la explotación de las compañías mineras. También quiere dejar un tributo a Bety Cariño, dirigente mixteca asesinada junto con otros acompañantes de la Caravana de Observación, el 27 de abril del 2010, en la cobarde emboscada de San Juan Copalá, Estado de Oaxaca - México. Y qué más alto homenaje a la Madre Tierra que el propio discurso de Bety Cariño, poco antes del brutal asesinato que cegó su vida y la contagió con la sabia y los frutos que vendrán desde la dignidad y la lucha de nuestros pueblos: “Hermanos y hermanas, Las piernas bien firmes sobre el suelo, la cabeza erguida, digna, la mente fría y el corazón ardiente. Por mi voz, habla la voz de mis hermanos y hermanas ñusabi, allá en la Oaxaca rebelde, en ese gran país que se llama México. No puedo hablar de mí sin hablar del otro y de la otra, porque yo soy, sólo si ellos y ellas son. Entonces somos nosotros y nosotras. Estas mujeres que somos hijas, hermanas y madres, compañeras, maestras, indígenas, mixtecas, oaxaqueñas, mejicanas, defensoras, comunicadoras; mujeres que vamos liderando nuestros pueblos contra los saqueos de nuestra Madre Tierra, en beneficio de las grandes corporaciones trasnacionales y del capital financiero. Hoy en nuestras voces, en nuestras luchas, en nuestras manos siguen vigentes los legítimos anhelos

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de justicia social de la Revolución Mexicana. Nuestra lucha es la misma que hace 200 años abanderó Morelos. Es la misma de Magón y de Zapata, hace 100 años y en el México actual, es la lucha del Ejército Zapatista de Liberación Nacional: lucha que ha costado la vida de miles y miles de mexicanos y de mexicanas; todos ellos y ellas, gente pobre de abajo que hizo las luchas; y el lugar que le dejó la historia sigue siendo la exclusión y el olvido. Hoy los jóvenes y las jóvenas, los pueblos originarios y las mujeres, estamos a la cabeza de esta catástrofe. Los Tratados de Libre Comercio, los acuerdos comerciales con complicidad de nuestros malos gobiernos, han hecho hoy que nuestros campos sean el escenario de ruinas y desastre, víctimas de esa apertura comercial indiscriminada, de esos cultivos transgénicos, de esas ambiciones trasnacionales que se transforman en las grandes mineras, en los grandes parques eólicos, en las grandes presas que generan energía eléctrica para otros, pero nunca para nosotros, los verdaderos dueños de esas tierras. Las fibras ópticas que se llevan la luz a otros lugares. Hoy queremos decirles que todo eso ha traído una migración forzada de millones y millones de hermanas y hermanos nuestros, que, como decía mi abuela: tienen que irse para poder quedarse. En México, se sigue negando a los pueblos originarios el derecho a la autonomía, el derecho a existir y nosotras, hoy queremos vivir otra historia. Nos rebelamos y decimos: basta! Hoy aquí queremos decirles que nos tienen miedo porque no les tenemos miedo. Porque a pesar de sus amenazas y de sus calumnias, de sus hostigamientos, seguimos caminando hacia un sol que, pensamos, brilla con fuerza. Pensamos que se acerca el tiempo de nosotros los pueblos, el tiempo de las mujeres insumisas y el tiempo de los pueblos de abajo. La larga noche de los 500 años aún no termina: la Niña, la Pinta y la Santa María ahora llevan el nombre de IMBERDROLA, ENDESA y GAMESA. Hoy en día, a lo largo y ancho de nuestro territorio nacional, corre el descontento. Por lo tanto se hace impostergable la presencia y la participación de nosotras las mujeres que defendemos en el día a día los derechos humanos. Queremos construir un mundo de justicia y dignidad sin ningún tipo de discriminación. Hoy nosotras empujamos un profundo y extenso proceso de organización, movilización, análisis, discusión y consenso, que nos ayude a construir un mundo donde caben muchos otros mundos. Nosotros, nosotras somos el resultado de muchas luchas; llevamos en la sangre la herencia guerrera de nuestras abuelas; nuestras raíces nos lo exigen y nuestras hijas nos lo gritan. Hermanos, hermanas: abramos el corazón como una flor que espera el rayo de sol por las mañanas. Sembremos sueños y cosechamos esperanzas, recordando que esa construcción sólo se puede hacer abajo, a la izquierda y del lado del corazón." Betty Cariño

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EN TORNO A CHIMALTENANGO 9


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reflexiones entre estudiantes, facilitadores y demás participantes venidos de toda América Latina, se apresta a ser encendido, para calentar y animar las mentes, corazones y voluntades de los involucrados.

Todo está en orden. En el local de la Asociación de Servicios Comunitarios de Salud (ASECSA), el personal y sus dirigentes ultiman detalles. El fuego sagrado que alimentará diez días de intercambios de conocimientos, debates y

En efecto, la ceremonia de inicio y bienvenida se realizará este día jueves 15 de abril muy temprano en la mañana, para agradecer y conectar nuestras energías con el NAWAL KAWOK. Será el principio de un amanecer propicio para la siembra y el despertar de los hijos de la Ru’ux Ulew o Pachamama, nuestra Madre Tierra. Será la raíz del árbol que debe continuidad armónica con la naturaleza y todos los seres vivos que la habitan.

esde el corazón de Guatemala, tierra que teje su futuro de volcanes y lagos, de selvas tropicales y templos milenarios, el pueblo Maya, poseedor de sabidurias y luchas ancestrales por la vida, se inauguró el Curso “Salud Intercultural, perspectivas desde los pueblos originarios y afro descendientes del Abya Yala, a cargo de la Universidad Internacional para la Salud de los Pueblos” (IPHU).

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Apertura Académica de la IPHU Guatemala

uego de la apertura oficial de la IPHU, mediante una ceremonia que duró 7 horas ininterrumpidas, se dio inicio, a partir de las 16h00, a las actividades regulares del curso sobre «Salud Intercultural, perspectivas desde los pueblos originarios y afro-descendientes de Abya Yala”. Un panel compuesto por fundadores y antiguos miembros del Movimiento para la Salud de los Pueblos realizó un recorrido histórico sobre los principales eventos que forjaron el mismo, así: la Reunión de Alma Ata (Rusia) en 1978, la Primera Asamblea en Savar (Bangladesh) en el

2000 y luego, la Segunda Asamblea celebrada en Cuenca (Ecuador) en el 2005. Igualmente se comentaron las Declaraciones que surgieron como resultado de las dos Asambleas y las impresiones personales de quienes estuvieron en esas ciudades. Luego vinieron de parte de los organizadores del curso, recomendaciones prácticas y la formación de las distintas comisiones, entre los 65 participantes, incluyendo estudiantes, facilitadores, equipo de comunicación, directivos e invitados especiales.

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LA INTERCULTURALIDAD EN LA SALUD 13


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o bueno y lo valioso de la IPHU Guatemala (Universidad Internacional para la Salud de los Pueblos) ha sido, por un lado, la libertad dada por los organizadores y facilitadores a todos los participantes, en relación al cómo percibir, sentir, reflexionar y expresar el hecho intercultural. Por otro lado, se dio la demostración de que la interculturalidad bien utilizada nutre, a la manera de un abono, las necesidades de comunicación y entendimiento entre gente de múltiples procedencias, no sólo para proponer un camino unificado hacia la construcción de un sano vivir, sino también para que cada posición individual sirva de hito en su traza, fortaleciendo su herencia y direccionalidad. Durante las entrevistas realizadas a un grupo de los participantes, sin embargo, se pudo percibir la falta de una explicación ordenada sobre dos temas indispensables en la construcción de lo intercultural, esto es, la cultura como construcción histórica y la identidad de los pueblos e individuos como ubicación en un territorio y una visión del mundo al que debemos transformar. Así se hubiese logrado centrar mejor el trabajo sobre la salud de los pueblos, sin que la reflexión tenga que depender de un armazón conceptual no muy difuso: En efecto, en muchas entrevistas y en ciertos espacios de la IPHU se emitió la voluntad de rechazar el término “interculturalidad”; de reemplazarlo por una expresión como “universalidad cultural”. En muchas ocasiones, se usó también el verbo “desaprender” para

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marcar el rechazo a todo lo que fue enseñado desde la visión occidental, siendo ambas reacciones justas y justificables. Sin embargo, no se debe tapar al sol con un dedo. Porque tendríamos que rechazar asimismo los términos de “universalidad” y “cultura”, ambas palabras como expresiones de conceptos occidentales, entrando de esta forma la reflexión en una espiral sin fin de la negación de la negación y, en la cual se perdería un tiempo precioso para el propósito que busca la IPHU. Además, la acción de “desaprender” proviene de una estrategia impuesta por el desarrollismo que estructuró los talleres del FODA y del Marco Lógico, en base a este “cliché” que sirve para confundir más que para orientar reflexiones y acciones. Mientras que al contrario, lo que se ha aprendido durante toda una vida o varias generaciones de opresión, sirve para engendrar una sociedad nueva, pues, mientras más se aprende más se enriquecen las perspectivas de una nueva sociedad. Una reflexión de Don Enoch, guía espiritual maya tzutujil del lago Atitlán puede perfectamente ilustrar este particular, cuando intervino en la definición del “buen vivir”, pues para él ello significa: “Yo creo que hay que partir de una plena realidad; contar con las cosas que tenemos a la mano y empezar a caminar paso a paso para lograr lo que realmente queremos. (…) Yo creo que la situación del conflicto armado y desde la Conquista, eso refleja que tenemos mucha fortaleza (…), ya no es un trauma. Eso ya lo


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hemos superado hace años; ya nos hemos dado cuenta de donde ha provenido, que no ha venido desde nuestras entrañas (…)”.

Por todo ello, la ceremonia maya de bienvenida y apertura a la IPHU, construida alrededor y nutrida a partir del Fuego Sagrado, fue fundamental para “ortigar” a todos los presentes y provocar algunos lazos afectivos entre personas que no se conocían. Por lo mismo es importante rendir tributo a Tata Pedro y Nana Fabiana, a Carlos, Rosenda y Donato, quienes tuvieron la generosidad de integrarnos a todos en su mundo y, además, de cuidar que los fuegos individuales converjan en un todo armónico destinado a alimentar todo el evento. Era además indispensable sellar el evento académico con la energía

heredada de los primeros pobladores de Mesoamérica, a través de un rito cargado de profundidad y autenticidad: porque el rito tiene la función de neutralizar y armonizar la homogeneidad, y es a través de esta fusión que los participantes decidieron pertenecer a este grupo identificado dentro de un territorio que, entre el 14 y 24 de abril del 2010, se identificó como “IPHU- Guatemala”. Así, en estas pocas páginas se quiere sistematizar las respuestas de los participantes entrevistados durante y después del evento; sin embargo, es necesario situar históricamente el concepto de “interculturalidad, para una mayor comprensión del reto que significa su apropiación y aplicación dentro de la salud de los pueblos.

La Interculturalidad: un poco de historia

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a reflexión sobre “el otro” y “lo otro” arranca con la invasión de Mesoamérica y América del Sur en el siglo XV, período en el cual, este vasto territorio se vio azotado por la presencia de españoles y portugueses. Entraron en estos espacios sin entenderlos, sin querer entenderlos, desatándose una “leyenda negra” sobre las prácticas de los pueblos amerindios, a manera de pretexto para su evangelización y esclavización. En el siglo XVIII, alimentado por los viajes comerciales y de exploración que se

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multiplicaron a partir de la explotación de las minas de oro y plata, de la trata de esclavos y del mercantilismo, la reflexión sobre “lo diferente frente a uno”, se sitúa en el plano filosófico y toma cuerpo en la corriente europea de la “Ilustración”: a partir del concepto del “buen salvaje” y de la descripción de sus formas de vida, se construyeron modelos utópicos de territorios del “buen vivir” comunitario en la Europa del progreso pre-industrial. Concebidos como proyectos de emancipación de la humanidad, o de una en particular, la europea, estos espacios aseguraban la autonomía de sus habitantes


basada la construcción de una armonía con la naturaleza, sin que ninguna de estas propuestas fructifiquen. Después, una vez aniquilados los imperios coloniales español y portugués a comienzos del siglo XIX, la economía europea pasó a otra etapa de su desarrollo y, desde entonces, el planeta se agota día a día bajo los efectos de un capitalismo devastador. Lo que significa que el imperialismo continúa la obra del colonialismo en la explotación minera, de recursos diversos y en otras empresas de trabajo forzado, justificados como parte del

“progreso de la humanidad”. Mientras sigue con nuevas formas de explotación bajo el mando de las transnacionales, que son las que definen la geopolítica mundial, decidiendo dónde se deben dar las guerras y quién debe morir para dejar el puesto a otros. Con estos antecedentes oscuros, se puede decir que entre América y Europa, la interculturalidad en sí se desarrolló en un ámbito violento de intereses y antagonismos individuales y, dentro de un contexto de opresión y de inequidad, llevando a los indígenas a encabezar movimientos

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milenaristas que intentaron, entre los siglos XVI y XIX, restaurar sus antiguos imperios caídos. ¿Se puede hablar entonces de “interculturalidad” para estas épocas? La respuesta es que, a pesar de una situación de violencia, no se puede negar la interrelación genética que lleva el nombre de “mestizaje”. En efecto, al lado de los pueblos amerindios u originarios, están los mestizos americanos que, por haber nacido en América Latina, se deben reconocer sus “derecho de suelo” y “derecho de sangre”, sean cuales fuesen sus orígenes: afro-descendientes o mestizos de toda ascendencia posible. Por otra parte, los documentos pictográficos y escritos pre coloniales de Mesoamérica pueden considerarse como vectores de la interculturalidad entre ambos mundos. Porque directa o indirectamente, sirvieron para llevar una concepción del mundo y de la historia diferente hacia el otro lado. En efecto, muchos de los testimonios dejados por cronistas y demás funcionarios civiles y religiosos coloniales, basan su información en las fuentes primarias. En la obra del franciscano Fray Bernardino de Sahagún: “Historia General de las Cosas de la Nueva España”, están recopilados, por ejemplo, entre otros datos, las especialidades médicas y los tipos de médicos que existían en el México del siglo XVI. En los Andes, en cambio, no hay información escrita pre-colonial. Pero sí existen algunos documentos verdaderamente interculturales,

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ya que fueron redactados por autores mestizos: tal es el caso de la obra de Felipe Waman Puma de Ayala sobre el “Primer Nueva Corónica y Buen Gobierno”, en el cual una pictografía completamente europeizada asocia las concepciones andina y cristiana del tiempo, para relatar la historia del Perú antes y después de la Conquista.

Más tarde, la gran mayoría de los estudios etnográficos y antropológicos realizados sobre los pueblos amerindios fueron, los unos, movidos por el interés sano de conocer otras formas de vida y de percepción del mundo; otros, en cambio, fueron concebidos como un instrumento para la administración


colonial. Y también fueron utilizados para conocer mejor los pilares de las instituciones del “otro”, para poder así debilitar y controlar mejor a sus gentes. Pero, para llegar a esto había que entrar en contacto con estos pueblos, aprender sus idiomas, participar en sus ritos y fiestas, lograr suficiente intimidad con ellos para penetrar en su mundo. Y del otro lado, unos tenían también que penetrar la mentalidad occidental y entender una racionalidad que no tenía nada en común con la suya. Históricamente, esta relación siempre se dio en un sentido, puesto que el interés de penetración provenía de la parte occidental y casi nunca del otro lado; es esta particularidad la que dio un rostro de imposición e inequidad al hecho intercultural en América Latina, porque los intereses en juego se situaban en un solo lado de la relación. Influenciados por la gesta revolucionaria en Cuba, Perú, Bolivia, Guatemala y Colombia, las organizaciones indígenas y campesinas locales y regionales en América Latina surgen como respuestas a la ineficiencia de los estados nacionales frente a los problemas de la pobreza e inequidad, de la expropiación de sus tierras y recursos. Frente a esto, una vez pasada la sacudida de mayo 68 en Europa y la guerra de Vietnam para los EEUU, los organismos internacionales comenzaron a interesarse en temáticas como los problemas interétnicos, la situación indígena y los movimientos de liberación nacional: estos tópicos son los que promovieron las Primera y Segunda Reuniones de Barbados (1971 y 1977), ambas

coordinadas por el reconocido antropólogo mexicano, Guillermo Bonfil Batalla, pionero en abanderar la reconstrucción de los territorios indígenas en América Latina, más allá de las fronteras actuales. Paralelamente, en Europa la historia y la antropología se encaminaron a mostrar la visión indígena desde lo indígena y ya no desde lo occidental, y a denunciar el etnocidio en América. A finales de esta década estallaron también las guerras de liberación nacional en El Salvador y Nicaragua, Sendero Luminoso algo más tarde en el Perú, que sin embargo no contemplaron a las poblaciones indígenas desde su etnicidad. A partir de los años 80 y con este legado hasta la fecha, desde la Alemania Occidental democristiana se estructuró la “Antropología del Desarrollo” y sus proyectos de desarrollo local en los países del “Tercer Mundo”, como forma de contrarrestar las crecientes manifestaciones revolucionarias en Latinoamérica. La idea terminó por “contagiar” a todas las grandes potencias occidentales y entonces, en el afán de controlar una situación que se iba de las manos a los gobiernos nacionales, se esparcieron los proyectos de desarrollo interno basados en el criterio de “género” y, más tarde, ya en los años 90, de la “interculturalidad”. Entre tanto, la idea se veía reforzada por la caída del comunismo soviético en 1989 y la consecuente tomada de pelo de la “transparencia” y el supuesto “fin de la historia” y de la Modernidad declarado por los posmodernistas.

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Así, la “Antropología del Desarrollo” empezó a formar candidatos a mediados de los 80, que poco a poco, encabezaron fundaciones bien arraigadas en los organismos internacionales y los gobiernos locales europeos y el norteamericano, de los cuales recibían (y reciben) jugosas subvenciones para “administrar” el desarrollo en sus respectivos países; o mas bien, la pobreza para muchos de ellos. Y se puede afirmar que actualmente, en el año 2010, estas cabezas rigen las políticas

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del “socialismo del siglo XXI”, por lo menos en el Ecuador. Así se cumplieron los objetivos de la Democracia Cristiana: se logró obstaculizar el camino hacia un cambio radical de las estructuras semi-feudales y semi-coloniales vigentes en las Repúblicas latinoamericanas; las comunidades se enfrentaron sobre los temas de la minería y el control del agua que, en realidad eran los objetivos económicos


principales de los genios de la “Antropología del Desarrollo”. Además, se plantearon disconformidad con la temática de “género” que fue introducida desde el Occidente a la fuerza, pero con dinero: al entrar en la intimidad de los grupos humanos sin un previo enfoque desde ambas visiones: lo masculino y femenino, los proyectos establecidos sobre el tema, contribuyeron más a dividir y ahondar la cuestión de inequidad entre mujeres y hombres, antes que solucionarla; o bien darían soluciones a corto plazo, sin tocar el trasfondo estructural de la sociedad latinoamericana, aún sometida a relaciones socio políticas y productivas desiguales.

el proceso de desculturización/aculturización del sector indígena, que fue preparado para servir de cobayo a las ONGs del “desarrollo local” o, cansados estos de los fracasos de los talleres de bordado, de los experimentos agrícolas descabellados que no les aportaban nada, de los macro - proyectos y proyectos -“semilla”, optaron finalmente por una solución radical, esto es, migrar a EEUU y Europa.

Como consecuencia, el tema de la interculturalidad fue también introducido desde Occidente hacia las esferas gubernamentales latinoamericanas, las cuales generaron unidades nacionales de educación bilingüe en las zonas indígenas. En el Ecuador por ejemplo, esta respuesta del Estado nacional se debió al sismo étnico que dio lugar al Levantamiento Indígena de 1990. Es en esa época que se empezó a hablar de la necesidad de establecer un eje intercultural en la educación indígena, el cual fundamentalmente consistió en introducir el kichua en la malla curricular: de esta forma se podían trasmitir los conceptos y metodologías occidentales a los niños y jóvenes indígenas, entremezclados con la filosofía originaria y sus sistemas de vida, pero en forma muy superficial. La pésima manipulación de las concepciones del mundo originario y occidental, ahondó

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No obstante, al otro lado de este proceso de asimilación, en el Ecuador la interculturalidad tuvo sus efectos positivos en el momento en que los pueblos originarios la tomaron como un instrumento más en la consecución de sus reivindicaciones y la aplicaron para fortalecer sus espacios de vida. Una intelectualidad indígena y afro-descendiente que se había formado en las universidades de los setenta e impulsada por cuadros jóvenes de los noventa, acogió el concepto y empezó a pulirla, de manera que “se volteó la tortilla” para el proyecto desarrollista: desapareció la concepción de que sólo los indígenas son los “legítimos” habitantes de la Abya Yala y que separaba a los mestizos y afro descendientes como los postergados de la historia; se homogeneizó la resistencia a través de una interculturalidad amerindia y diversa; cada cual con sus particularidades originarias, afro-descendientes, montubios, mestizos, etc. Todo ello, al menos desde las perspectivas teóricas e incluso organizativas de una sociedad que se va haciendo desde adentro. En cuanto al enfoque de género, tampoco se pueden descartar los resultados positivos que, por ejemplo, lograron ciertas intervenciones en zonas de alta migración, en donde ya no quedaban los hombres. Sirvió sobre todo de apoyo moral y legal para las mujeres que, solas y con su sexualidad reprimida, debían encabezar el hogar y enfrentar la doble carga de ser madres, trabajar la tierra y redondear sus ingresos con la fabricación de artesanías. Sirvió también para que ellas se

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ganaran espacios “masculinos” en los espacios políticos. Quedando por señalar que en cada país latinoamericano, el contexto en el cual se generó el enfoque intercultural fue diferente: algunos como Bolivia y Ecuador lo están asimilando desde hace años e incorporaron la interculturalidad a sus Constituciones; la Bolivia de Evo Morales lo está peleando y aplicándola más allá del discurso político; en ciertos países mesoamericanos, los pueblos mismos practican su visión intercultural desde la perspectiva de la lucha y en medio de la opresión imperialista. Otros como Colombia y Chile debaten y, sobre todo en el primero, se recogen en sus Constituciones importantes avances legales, que sin embargo son letra muerta; Argentina y Uruguay ni siquiera lo han pensado; Venezuela optó por una República y Constitución Bolivariana, es decir, a partir de una concepción situada más allá de lo étnico y basada en lo “latinoamericano”, etc. etc. Lo cual no quiere decir que dentro de nuestros países, los pueblos originarios, afro-descendientes y mestizos no busquen lograr la interculturalidad, sino que la propuesta viene desde más allá de los Estados nacionales.


Respuestas a la Interculturalidad: IPHU– Guatemala

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e suerte que las entrevistas que el equipo “ComunicándoNOS”, del Movimiento para la Salud de los Pueblos Latinoamérica (MSP - LA), realizó a los participantes en la IPHU de Guatemala, nos llevaban a la reflexión sobre dos preguntas. La primera, centrada sobre lo qué se entendía por “interculturalidad” y de ahí cómo ésta se articula con la temática de la salud; la segunda, cómo visualizar los resultados de lo que construye la IPHU, en materia de atención primaria y salud integral, dentro de los trabajos de los participantes en sus respectivos países.

indígena Inga, quien parte de su etnicidad local y la homogeneíza en una “supra etnicidad” latinoamericana. Raquel, de Paraguay, aún la considera como una utopía: “Entiendo la interculturalidad como una propuesta social y política que nace a partir de una lucha social. Es la convivencia entre varias culturas y no la mera existencia de varias culturas en un territorio. Entiendo también que es una utopía, que vamos caminando hacia ella y que todavía no estamos ahí.”

Además, en todas las entrevistas, el problema central se sitúa en la “identidad”. Bien integrado o no completamente visualizado, se trata de un factor primordial en la comprensión de la interculturalidad: saber observarse como ser histórico y dueño de un futuro, para poder observar al otro en idénticas condiciones, pero todos con el mismo futuro. Por lo mismo, existen diferentes niveles de concientización sobre la interculturalidad entre los participantes, que corresponden a su propia concientización de identidad individual o colectiva: los participantes argentinos, peruanos y paraguayos no hablan de ser “mestizos/mestizas”; ellos escogen la macro – consciencia nacional y concientizan el tema intercultural cuando se enfrentan a otras formas de vida, dentro y fuera de su país. Un caso interesante es el de uno de los compañeros, colombiano-venezolano,

En cambio, los participantes indígenas de

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varios países y etnias, así como los afro descendientes se sitúan claramente dentro de su etnicidad y enfrentan la interculturalidad desde esta posición: la toleran porque es el único camino que los estados nacionales, imitadores de Occidente, les permiten utilizar para hacerse oír y para actuar; o bien la rechazan como imposición que los relega en el folclor, o que les concede migajas dentro del derecho a la expresión cultural. En este último caso, hay dos realidades que cohabitan y que no se mezclan: “A nosotros se nos impuso el concepto “interculturalidad”. El estado chileno querría convencernos de que la interculturalidad, para

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los Chilenos hacia el pueblo mapuche, era formar hospitales con camas orientadas hacia el sol, con la colocación de letreros en idioma mapuche y llevar a nuestros sanadores – los “machis”. Nosotros discrepamos con esto. Ni siquiera hablamos de “interculturalidad”, hablamos de “salud mapuche” y “salud occidental”. (Dany)

Ambos: los pueblos originarios y afrodescendientes se definen como tales dentro de su pertenencia nacional, pero el esfuerzo intercultural sigue dándose en una sola dirección: de lo étnico a lo occidental, en la cual lo primero debe siempre ceder ante el segundo.


Por lo tanto, la interculturalidad es más una práctica que algo por teorizar, según lo establecido por Occidente: en efecto, la racionalidad occidental obliga a su interlocutor no occidental a emprender acciones que deben corresponder a los intereses de su modelo de desarrollo y a la forma en que, desde siglos, ha concebido al planeta. Los pueblos que no participaron del capitalismo deben alimentar a los que sí lo hicieron; así que, a los primeros les corresponde producir en función de lo que exige la demanda de los segundos.

desde las esferas occidentales del “desarrollo”, toma la decisión que los demás deben acatar. El reto lanzado sobre lo prescindible que pueden ser los pueblos originarios en el mundo ¿no podría ser la respuesta? Si no son importantes para el mundo occidental, para qué querer volverse imprescindibles, al tratar de ser competitivos? No sería mejor trabajar en la construcción de una autonomía real, a partir de los verdaderos territorios? La pregunta es: ¿Occidente lo permitirá?

En este sentido, no hay que esperar mucho del “comercio justo y solidario” que los últimos ofrecen a los primeros, porque si bien se trata de una alternativa nacida de la buena voluntad por parte de ciertos organismos sin fines de lucro, en cambio no soluciona los problemas básicos en las comunidades indígenas y campesinas: los pedidos son escasos, las redes en sí no tienen todos los instrumentos para agilitar este comercio al ritmo del intercambio convencional y, la manufactura hecha a mano, tampoco permite abastecer a muchos mercados en poco tiempo. El mismo concepto occidental de “moda” obliga al fabricante a cambiar sus propios cánones estéticos, lo cual, a la larga, es contra producente para él mismo, ya que empieza a perder los referentes culturales de su identidad. Y finalmente, Occidente globaliza las artesanías: se han visto copias asiáticas mal hechas de productos amazónicos en tiendas europeas. La interculturalidad, tal como es concebida

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Todo esto explica porque nunca Occidente se interesó en la interculturalidad entre etnias originarias o entre etnias afro-descendientes. Algunas entrevistas revelan la existencia de las mismas, a nivel del intercambio mutuo de prácticas de salud, por lo menos. Y si existen en el campo de la salud, significa que les corresponden acuerdos consuetudinarios sobre el manejo de los recursos naturales sobre las fronteras étnicas, sobre las alianzas a todo nivel. Es decir que existe un cuerpo jurídico de costumbres y comportamientos sociales que lo permiten. Esta reflexión lleva el debate a otro nivel. En sus trabajos, en menor o mayor grado, los participantes practican la interculturalidad diariamente en la atención primaria y la salud integral. Por eso, se vuelve indispensable profundizar la reflexión sobre la relación entre la interculturalidad y la salud. Porque, al considerar la salud integral a partir de la conservación de los espacios naturales y el rescate de la medicina tradicional indígena y afro-descendiente, el concepto de la

interculturalidad constituye el piso para impulsar una acción común, a condición de no supeditar la racionalidad no occidental a la occidental. Con “salud intercultural”, se entiende la voluntad de apartarse de la práctica “insensible” que caracteriza la medicina occidental: es decir la voluntad de no intimar con el paciente para evitar toda subjetividad e involucramiento afectivo. Un buen ejemplo se da en el Chile mapuche donde se maneja una respuesta: la de (…) armar un sistema de referencia y contra referencia …, porque como médicos indígenas [formados en la medicina occidental] tenemos la capacidad de poder discriminar si es una enfermedad occidental o una enfermedad mapuche. (…) A base de la sintomatología presentada por el paciente, (…) se hacen exámenes; si éstos revelan una enfermedad mapuche, enviamos el paciente a la machi y ella diagnostica si es así y le da el tratamiento. (…) La machi hace lo mismo: hace su diagnóstico, discrimina si se trata de una enfermedad mapuche u occidental. (…) Si es occidental, nos la manda a nosotros. (Dany).

Sexo – Diversidad:

Interculturalidad y vertientes diversas de “Género” dentro de la cultura

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l componente sexo - diversidad no está totalmente integrado en la concepción de salud integral; tratándose de un territorio culturalmente muy complejo y ubicado en los espacios “Tabu” de la sociedad en general, hoy en día se abre camino y, poco

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a poco, logra compartir lugares abiertos y de diálogo con los componentes heterosexuales. En este sentido, la IPHU es uno de estos últimos recursos, pero no es suficiente. Veamos. Para empezar, los estamentos más opuestos a


la sexualidad diversa son la Iglesia católica y las sectas protestantes; en lo que concierne a las últimas, estas ocupan un espacio considerable en la vida de los pueblos originarios, sobre todo en Guatemala. Los mayas no hablan del tema: a lo mejor existe un tratamiento propio entre ellos, pero no se visualiza. Por lo general, los pueblos originarios no tienen un pronunciamiento real sobre la cuestión; es como si esta particularidad no existiría en las comunidades. Por su parte, la cosmovisión andina contempla la existencia de ambos géneros en cada persona y que, el

lado masculino es más fuerte en el hombre, mientras que lo femenino es predominante en la mujer. Lo que significa que esta concepción en Mesoamérica tiene que confrontarse en lo vivencial y diario, porque de acuerdo al testimonio de Yonatan, homosexual venezolano, se afirma la inclusión en su movimiento, de personas homosexuales indígenas, expulsadas de sus territorios. En segundo lugar, la sexo - diversidad se

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encuentra inmersa en la problemática de “género” y obliga al interlocutor heterosexual a profundizar su entendimiento acerca de lo que se puede llamar “la cultura sexo - diversa”, expresada en un tronco común: la libertad para el individuo de escoger una orientación sexual, y del cual parten ramificaciones múltiples: los “gay”, las lesbianas, los “trans” (los que cambian de sexo), los “inter” (o hermafroditas) y los bisexuales. De suerte que en el corazón de cada ramificación, se encuentra la cuestión de género. Para una persona homosexual, el género no cambia: el

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gay es hombre y la lesbiana es mujer, aún si en sus relaciones invierten los papeles. Cuando se aborda la posición de la persona “trans”, la respuesta se sitúa en otro plano: su género físico no corresponde a su género psíquico, y tendrá que solucionar este antagonismo modificando su apariencia y su sexo; esto es, mediante la elección del género al cual siente que pertenece. Según Yonatan, son los seres que más sufren discriminación y violencia. Para las personas “inter”, la situación es aún más compleja, porque está constantemente sometida a un cruce de géneros. En cuanto a las personas bisexuales, ellas, tal vez, no


cuestionan su género y pasan más fácilmente desapercibidas en la sociedad heterosexual. Es decir, hasta aquí el problema se sitúa en el ámbito de las definiciones personales y el grado de aceptación social. Pero falta visualizar lo que las personas sexo - diversas enfrentan cuando buscan acceder a la salud, puesto que la situación de segregación que viven, hace que no pueden gozar de una buena atención médica, salvo si tienen dinero: su salud depende en qué espacio social se encuentra. Si se ubican en los sectores populares, lo primero es prostituirse para pagar una operación costosa, lo que significa de hecho, arriesgar su salud. Y si no pueden costearse la operación, recurren a métodos extremos que les pueden mutilar o costarles la vida. Lo que significa en último término que los estados nacionales no contemplan la existencia de una seguridad social para estos casos. En este sentido, es absolutamente necesario crear un espacio propio dentro de la salud integral para las personas sexo - diversas, más aún, porque se trata de una población en constante peligro de adquirir el VIH Sida, no por sus prácticas sexuales, sino por el hecho de que ciertos individuos tengan que recurrir a la prostitución. Mientras que, una tercera reflexión descansa justamente en el tema de la interculturalidad. Por ello, entre los participantes a la IPHU Guatemala se percibió una cierta confusión, especialmente cuando se trataron algunos conceptos de “interculturalidad”, que sitúa frente a frente a dos o varias culturas de origen diferente, y de “grupos socio-

culturales”, cuyas diferencias se ubican dentro de una misma cultura, tal como lo expresó Yonatan: “Definitivamente en la población sexo - diversa, sí se puede hablar de interculturalidad. (…) Y entre estas realidades se van dando diferentes matices. Las personas “gays” tienen formas muy distintas de ver algunas realidades de la sociedad; al igual que las personas lesbianas, “trans”, intersex. Entonces, sí hay interculturalidad, porque cada uno tiene una cosmovisión distinta y a su vez, funciona con la del otro o de la otra, y todo ello se vuelve una dinámica. Lo mismo que hace un “gay” en Caracas, lo puede hacer un “gay” en Lima, lo puede hacer un “gay” en Buenos Aires. La diversidad sexual es tan variada como las estrellas en el cielo y la arena en el mar: distintos, pero vamos complementándonos, aprendiendo de unos, desaprendiendo de otros.”

Además, en la sociedad sexo - diversa, existen grupos indígenas, afro-descendientes y de origen europeo; entre ellos, está claro que se tejen relaciones interculturales. Igual sucede entre personas de sexo diverso oriundas de diferentes países, independientemente de que sean afro-descendientes, mestizos, o indígenas. Sin que se pueda hablar de “interculturalidad” entre las diferentes ramificaciones que se describieron anteriormente; se habla de que cada una tiene sus propios códigos de reconocimiento, su propio lenguaje corporal, hablado, escrito. Por lo mismo, sólo podemos hablar de “vertientes diversas de género” que desarrollaron expresiones culturales paralelas a las normas de la cultura global.

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Otras expresiones culturales paralelas a la cultura “(…) Por la psicología de trabajo que me ha tocado desarrollar, porque he estado en pueblos del oriente, del altiplano y del valle (…) y ahora que trabajo en dos instituciones básicamente: la una que es “Aymara sin fronteras”, una mancomunidad de pueblos, he podido ver las variaciones y las confluencias o las semejanzas entre los mismos pueblos aymara. Esto es: cómo ellos asumieron las diferencias culturales frente a un sistema opresor, pero dentro de una resistencia silenciosa. Y también se han apropiado, han absorbido cosas del sistema colonialista. (…) En la cárcel donde también trabajo, veo una gran diferencia (…) es un lugar donde a la gente le toca vivir otra realidad, y desarrolla otro tipo de cultura frente a las necesidades que se presentan. Entonces, a mí, me parece que ver la interculturalidad,

es incorporar a todos los pueblos indígenas porque tienen mucha esencia; pero también incluir a otros grupos, como los homosexuales, los grupos en desventaja social que están en la cárcel y otros.” Así se expresa Carla, de Bolivia, cuando se refiere a las respuestas culturales que los/las prisionero/as dan a su realidad, tratándose de un caso similar al de Yonatan: con personas de diferentes origines culturales, la interculturalidad teje sus propias construcciones en el territorio que les corresponde; pero si se trata de códigos establecidos entre personas de un mismo origen cultural, sólo son nuevas expresiones culturales apropiadas al territorio en el cual tuvieron que desarrollarse.

Conclusión

T

oda esta reflexión no es sino el primer paso hacia la construcción de un nuevo tipo de salud para los pueblos, que integre el respeto a los territorios ancestrales y las prácticas culturales que se cultivaron en ellos. En consecuencia, no se trata de borrar las fronteras políticas de los estados actuales, sino de construir una política en donde los pueblos originarios puedan volver a caminar en los espacios de vida que construyeron durante milenios, sin tener que mostrar pasaportes, y que, junto con ellos, estén los pueblos mestizos y afro descendientes.

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Para lograr este propósito, porqué no proceder a la inversa de lo que alguna vez Guillermo Bonfil expresó: esto es ¿que sea Occidente lo prescindible para los pueblos indígenas, mestizos y afro descendientes? En vez de desarrollar una atención de salud compartimentada y elitista, ¿porqué no construir una salud integral a partir de una interculturalidad latinoamericana y popular, con la indianidad, la africanidad y el mestizaje en el centro de la convivencia social? Puesto que como lo expresa Nestor García Canclini, antropólogo mexicano, “lo popular se constituye en procesos híbridos y complejos,


usando como signos de identificación, elementos procedentes de diversas clases y naciones (1989:205)”. Así, retomando la idea de Guillermo Bonfil, se visualizaría una

América Latina “profunda”, nutrida por una historia milenaria y endógena, en vez de una América Latina “imaginaria” nacida de lo exógeno, hace apenas 500 años.

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uno

El DIA 33


EL MITO

1……

2. Escribiré las historias de nuestros primeros padres y abuelos que se llamaban Gagavitz (1) y el uno Zactecauh el otro; las historias que ellos nos contaban: que del otro lado del mar llegamos al lugar llamado Tulán (Tula), donde fuimos engendrados y dados a luz por nuestras madres y nuestros padres ¡oh hijos nuestros! Así contaban antiguamente los padres y abuelos que se llamaban Gagavitz y Zactecauh, los que llegaron a Tulán, los dos varones que nos engendraron a nosotros los Xahilá. 3…... 4. He aquí las historias de Gagavitz y Zactecauh: éste es el principio de las historias que contaban Gagavitz y Zactecauh: “De cuatro [lugares] llegaron las gentes a Tulán. En oriente está una Tulán; otra en Xibalbay; otra en el poniente, de allí legamos nosotros, del poniente; y otra donde está Dios. Por consiguiente había cuatro Tulanes ¡oh hijos nuestros!” Así dijeron. “Del poniente llegamos a Tulán, desde el otro lado del mar; y fue a Tulán a donde llegamos para ser engendrados y dados a luz por nuestras madres y nuestros padres”. Así contaban.

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5. Entonces fue creada la Piedra de Obsidiana por el hermoso Xibalbay, por el precioso Xibalbay. Entonces fue hecho el hombre por el Creador y el Formador, y rindió culto a la Piedra de Obsidiana.

Cuando hicieron al hombre, de tierra lo fabricaron, y lo alimentaron de árboles, lo alimentaron de hojas. Únicamente tierra quisieron que entrara [en su formación]. Pero no hablaba, no andaba, no tenía sangre ni carne, según contaban nuestros antiguos padres y abuelos ¡oh hijos míos! No se sabía qué debía entrar [en el hombre]. Por fin se encontró de qué hacerlo (3). Sólo dos animales sabían que existía el alimento en Paxil, nombre del lugar donde se hallaban aquellos animales que se llamaban el Coyote y el Cuervo. El animal Coyote fue muerto y entre sus despojos, al ser descuartizado, se encontró el maíz. Y yendo el animal llamado Tiuh-tiuh a buscar para sí la masa del maíz, fue traída de entre el mar por el Tiuh-tiuh la sangre de la danta y de la culebra y con ellas se amasó el maíz. De esta masa se hizo la carne del hombre por el Creador y el Formador. Así supieron el Creador, el Formador, los Progenitores, cómo hacer al hombre formado, según dijeron. Habiendo terminado de hacer al hombre formado resultaron trece varones y catorce mujeres; había [una mujer] de más.

En seguida hablaron, anduvieron, tenían sangre, tenían carne. Se casaron y se multiplicaron. A uno le tocaron dos mujeres. Así se unieron las gentes, según contaban los antiguos ¡oh hijos nuestros! Tuvieron hijas,


tuvieron hijos aquellos primeros hombres, Así fue la creación del hombre, así fue la hechura de la piedra de obsidiana. “Y poniéndonos en pie, llegamos a las puertas de Tulán. Sólo un murciélago guardaba las puertas de Tulán. Y allí fuimos engendrados

y dados a luz; allí pagamos el tributo en la obscuridad y en la noche ¡oh hijos nuestros!!”, decían Gagavitz y Zactecauh. Y no olvidéis el relato de nuestros mayores, nuestros antepasados. Estas fueron las palabras que nos legaron.

(1) Gagavitz: “cerro de fuego, volcán” (2) Tulán o Tula, ciudad del estado de Hidalgo, México de donde se sienten descender muchos de los pueblos Mesoamericanos. (3) “hacerlo de maíz” Tomado de “Memorial de Sololá, Anales de los Kaqchekeles” Editorial Tierra Santa, Ciudad de Guatemala, 2008.

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UN POEMA

Invocación Axipe Totex (parcial) Ponte la túnica de oro, Oh Bebedor Nocturno! Que descienda a la Tierra tu agua de piedras preciosas. Que el ciprés de la ofrenda se convierta en quetzal. Que baje hasta nosotros la serpiente de fuego. Que la tierna planta de maíz no sea quemada ni destruida. Verde es mi corazón como el jade precioso. Verde es mi corazón pero he de ver el oro cuajado en la mazorca. Verde es mi corazón que tiembla jubiloso esperando que nazca el Caudillo de la Guerra. Ponte la túnica de oro, Oh Bebedor Nocturno! Que el maíz fructifique y el oro de los granos abunde. Yo me inclino ante ti, oh Bebedor de la Noche! Me arrodillo y te invoco frente a la montaña que guarda tu esmeralda. Grito tu nombre hasta alcanzar los astros. Ha nacido el Caudillo de la Guerra!

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Tomado de: “La sangre sobre la Tierra” de Alejandro Carrión.


ARTICULOS Iximché, en el corazón de Guatemala

E

n el centro de las tierras altas de Guatemala se encuentra un importante complejo arqueológico, con enorme significado para el pue-blo Maya Kaqchikel y para el país entero, Se trata de Iximché, cuya visita permite apreciar mucho de la historia antigua de Mesoamérica y de los años de contacto inicial con los españoles. He aquí un breve recuento.

La extensión de los antiguos territorios mayas incluye además a varios de los estados mexicanos, en particular Chiapas y Yucatán, junto con las repúblicas de Guatemala, El Salvador, Honduras y Belice. Los mayas son conocidos igualmente a lo largo de sus monumentos, pero sobre todo a partir de un sistema de escritura propia, en base a la utilización de glifos, que describen

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eventos diversos, pero sobre todo históricos, ocurridos desde épocas muy antiguas. Por su parte, la moderna arqueología, utilizando estos y otros medios disponibles en la actualidad, ha sistematizado el proceso de formación y desarrollo social maya, a partir de la clasificación de tres momentos que se conocen y ubican en el tiempo, con características especiales, denominados: Período Preclásico, ubicado entre el 2000 a. C. y el 250 d.C., época en la que se da inicio y se consolidan los centros urbanos;

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Período Clásico, entre el 250 a.C. y el 1000 d.C., con el apogeo de las ciudades-estado y, Período Postclásico, localizado entre el 1000 d.C. y la invasión española. Esto es, una época de inestabilidad política, que marca el abandono de varias de las ciudades que habían florecido siglos atrás. Dentro de esta clasificación, Iximché se sitúa justo en los años terminales a la llegada de los ibéricos y continua con un rol protagónico durante algún tiempo más. Veamos.


Iximché está instalado en medio de tierras fértiles, a 2260 msnm. Igualmente se halla a sólo 34 kilómetros de la actual ciudad de Chimaltenango. Posee importantes recursos hídricos que drenan hacia el Pacífico, más otros, especialmente relacionados con la presencia de importantes volcanes de vecindad próxima, que surten de canteras para las construcciones y materiales como la ceniza empleados en la fabricación de la alfarería maya.

de septiembre, los kaqchikeles se sublevan contra sus antiguos aliados, debido a las demandas excesivas de oro y los abusos de Alvarado y su gente, huyendo de la ciudad para refugiarse en las montañas y desde ahí comenzar la resistencia.

Así mismo, en el recuento histórico, en las tierras altas, el período Postclásico se caracteriza por ser el de mayor desarrollo de las naciones K´ichés, kaqchekiles y Tzutujil, el mismo que termina con la invasión europea. Se trata de sociedades con conflictos internos que protegían sus centros urbanos con grandes construcciones militares, pero sobre todo, buscando su asentamiento en zonas altas, rodeadas de profundos barrancos, como es el caso que nos ocupa. A mediados del siglo XIV, los K´ichés habían controlado la mayor parte de los territorios del altiplano central guatemalteco, estancándose su expansión, cuando en 1475 se produjo la rebelión de los kaqchiqueles que inician la conquista del espacio K´iché. Siguiendo un documento fundamental para la época, “Memorial de Sololá” (1579), los españoles habrían llegado a Iximché el 14 de abril de 1524, comandados por Pedro de Alvarado, a quien le recibieron en paz, permitiéndole que el 25 de julio funde en el lugar, la primera capital de la provincia de Guatemala. Sin embargo, el 5

El 7 de febrero de 1526 la ciudad de Iximché es incendiada por un grupo de kaqchikeles que se niegan acompañar a Alvarado en la conquista de Honduras, hecho que obligó a que la capital española de Guatemala se traslade a Almolonga en noviembre de 1927, en donde se funda Santiago de Guatemala, que luego dará paso a la tercera fundación,

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con el mismo nombre, en el Valle de Panchoy, ahora conocida como La Antigua. Termina este capítulo con las acciones punitivas de los españoles que llegaron al asesinato de uno de los Señores de Iximché, Cachi Imox, y el sometimiento de los kaqchikeles que desde 1528 fueron obligados a tributar ante el régimen colonial. Iximché está constituido por templos y pirámides escalonadas, plazas, espacios dedicados al “juego de la pelota” y otro

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abiertos para contemplar el entorno, altares con figuras circulares y también, idénticas a la “chakana” andina, fuentes de agua y desde luego barrancos profundos. Seguramente las milpas rodeaban el entorno y daban vida al paisaje, como alimento mayor de los dioses. Entonces, a quién, en sano juicio se le puede ocurrir que en esta conjunción armónica de sociedad y naturaleza, vivían seres capaces de los más horrendos sacrificios humanos; de guerras por conseguir no sólo la muerte que ella misma entraña, sino además, supuestos


prisioneros para robarles el corazón con la obsidiana sagrada, cuando estos altares sólo dignifican la vida y la alegría de la existencia. Porque además, el ejercicio de la guerra con toda su violencia, cuando se trata de “puertas adentro de un espacio histórico”, sin justificarla, tiene explicaciones que nunca aceptarán la intromisión calculada de sociedades extranjeras, que vinieron a arbitrar la espiritualidad y quedarse con los recursos y la fuerza de trabajo.

Por todo ello, Iximché no es un sitio arqueológico en el estricto sentido de la palabra; sin saberlo o al disimulo, decenas de kaqchikeles: mujeres, hombres, niños y viejos, sabios y todos quienes entienden del latido cardiaco de la tierra, caminan y comulgan con la propuesta de sus piedras ordenadas en ascensos, el estuco y su planimetría, propias de un pueblo que ha comulgado con el cielo, tanto como con la tierra y el subsuelo; los árboles con sus raíces invisibles domina el paisaje de Iximché.

¿Diálogo entre Civilización y Barbarie?

L

os pueblos que han alcanzado los más altos niveles del desarrollo civilizatorio, no son necesariamente aquellos que más acumulación de bienes materiales han logrado a lo largo de la historia de la humanidad. Son más bien aquellos que han construido códigos de comportamiento social, con bases sólidas en valores de profundo contenido humano y formas de vida armoniosa con la naturaleza. Lo son igualmente, todos los grupos humanos que han penetrado en la esfera del conocimiento universal, sin que en ello pese tampoco, la dependencia casi religiosa del desarrollo de la ciencia y las tecnologías sofisticadas. El mayor esfuerzo del ser humano y de las sociedades en general, tanto desde la perspectiva de sus capacidades físicas, intelectuales o espirituales, no se mide en un equivalente o superior desgaste del medio ambiente y las personas, desde donde se extraen los recursos para transformar las adversidades en

oportunidades, con el beneficio exclusivo de unos pocos y la desgracia de la mayoría. Al contrario, exige una visión de integralidad y reconocimiento de los procesos sociales y de la naturaleza, enmarcados en leyes siempre inmutables, a fin de obtener un rendimiento equilibrado entre lo que se toma y lo que se deja, buscando siempre que lo segundo sea mayor o mejor que lo primero. De otra forma, el orden dialéctico que estructura el movimiento de la vida se fractura y, poco a poco sobreviene el caos, que siendo también necesario, al convertirse en incontrolable e impredecible, sólo permite anticipar el fin del camino. Por lo mismo, tomando en cuenta las diferencias que desde estas perspectivas se manifiestan en la relación entre pueblos, naciones, estados e imperios que han existido y se mantienen hasta ahora ¿es posible aún emprender un diálogo entre civilización y barbarie?

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XV y XVI: Maya, Azteca o Inka, pese a la leyenda negra que sobre ellos impusieron los invasores españoles y que desgraciadamente aún se mantiene en ciertos estratos sociales de Latinoamérica, permiten comprender las diferencias extremas que se enfrentaron a nivel de la concepción del mundo y el ordenamiento de la vida social, económica y cultural, luego de 1492. Hecho que sin desconocer los valores y conocimientos del otro, es decir, del que entraba sin invitación en estas tierras continentales, nos obliga a tener una lectura más conceptual y en referencia a los resultantes que se dieron, cuando los pueblos originarios regían su mundo y su destino, frente al supuesto desarrollo que a partir del modelo occidental comenzó con la imposición del orden colonial y feudal, hasta el tránsito de la república y los modernos estados nacionales.

Una pregunta que exige de antemano la definición de ambos términos y que desde luego, a nuestro modo de ver, tiene como ejes de análisis las ideas que antes expusimos, pero que en el ideario euro centrista y de todos los centrismos que se han dado durante miles de años de historia, anteponen la dominación como principio de superioridad frente al dominado que es visto como inferior; o también: civilización como título de los vencedores y la barbarie como el estigma de los vencidos. En efecto, la simple revisión de los mayores estados americanos ubicados en los siglos

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Para ello, partamos del ejemplo Maya, que resume lo que ocurría como una suerte de constante y con diferencias obvias, entre los pueblos del Abya Yala. Ante todo, partamos del proceso de neolitización que se produce en Mesoamérica, América Central y del Sur, al menos desde hace 6000 años. Lo cual significa que las sociedades nómadas de cazadores y recolectores se organizaron en aldeas estables, iniciándose la sedentarización, gracias al manejo de plantas domesticadas como el maíz, la papa, la yuca y cientos de otras más. A partir de este momento, un orden basado en el usufructo de la tierra, no dimensionado por la propiedad de la misma sino por el


reparto de parcelas para el cultivo por parte de todos los miembros de las comunidades, generó el crecimiento en los excedentes alimentarios y el comercio de productos, entendido este último, como intercambio entre comunidades y una división del trabajo, que en el caso de los mayas, hacia el 1500 a.C. supone el advenimiento de un período que los arqueólogos denominan Pre Clásico. Luego sobrevinieron los períodos Clásico y

Post Clásico, que incluyen el dominio final de los Q´iche y los Kaqchiqueles, los cuales debieron enfrentar a los españoles, mientras que diversas familias mayas, con más de 20 idiomas propios dominan hasta la actualidad el territorio de Guatemala, por citar uno de los casos, ya que los mismos están presentes en Chiapas y Yucatán, México, con un espacio de vida mucho mayor en el pasado, pues se extendían hasta tierras de El Salvador, Belice y Honduras.

Así ¿cuál fue el perfil civilizatorio del pueblo Maya?

P

rimero un arraigo maternal a la tierra y a sus productos, particularmente el maíz, ambas consideradas como sagradas, de suerte que no podían ser poseídas sino usadas de acuerdo a la repartición de parcelas o milpas que satisfacían las necesidades alimentarias y de reproducción familiar y social, sin importar la categoría o estatus de las mismas. Por lo mismo, una visión de la naturaleza con el carácter también de sacralidad, que imponía su uso adecuado y no el abuso de sus recursos, con el beneficio económico concentrado en las clases y sectores poderosos. Igualmente, una espiritualidad y religiosidad en torno a la tierra y a la naturaleza, que si bien diferenció estratos sociales con inequidades marcadas en los últimos períodos, privilegió ante todo el intercambio entre la producción y el beneficio, de forma más o menos equilibrada, puesto que en estos espacios de

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convivencia, era condenada la pobreza y aún más la mendicidad.

economía que debía fluir de abajo hacia arriba y nuevamente hacia la base.

Un orden jurídico basado en la división del trabajo, especialmente considerado entre agricultores y gente que tenía en las artes, artesanías y el comercio, la producción de manufacturados y el intercambio de materias primas a corta, mediana y larga distancia. Mientras que, la pirámide social se estrechaba en la punta, con gobernantes, dignatarios y sacerdotes, más gente próxima al servicio de los centros ceremoniales, con estatus bien definidos, pero en cuyas funciones se buscaba organizar la producción y distribución de la

También un desarrollo cultural y científico que alcanzó los mayores logros en el conocimiento de los ciclos del tiempo, la filosofía, la salud y la medicina, tecnologías diversas, el arte, la escritura, etc., pero que por sobre todo se vinculaba con las predicciones de los ciclos previstos en el calendario agrícola, sin cuya precisión, la vida se presentaba incierta. Con todo lo cual no se desconocen las inequidades propias del espíritu humano, que provocaron guerras y rebeliones con el inevitable rompimiento del “orden dialéctico


que estructura el movimiento de la vida” y que “cuando se fractura, poco a poco sobreviene el caos” Aunque el mismo pronto se superaba en un nuevo ciclo de equilibrios, como la noche seguida del día o la vida que renace desde la muerte. Porque en el fondo, lo importante se sustenta en lo permanente y en la capacidad de reproducir la vida, cosa que estos pueblos lo entendieron y así diseñaron sus patrones de comportamiento y civilización, pues es la tierra y los recursos que de ella se obtienen y los que se conservan, la matriz esencial de la existencia humana y de todas las especies; la cual no debe desaparecer, aunque los ciclos de vida y muerte en los seres humanos e incluso en las sociedades se sujeten a ese va y ven. En el lado opuesto, los otros, los que llegaron cargados de tecnologías especialmente diñadas para la guerra y la opresión; los que tocaron playas y montañas apoyados por una religión de dogmas, miedo y sufrimiento; aquellos personajes ataviados con trajes metálicos y dispuestos al oro y el enriquecimiento rápido, consiguieron en pocos años desarticular la lógica de milenios con la que se instauró el entendimiento entre los templos y las milpas, la poesía y los textos sagrados que le daban sentido a la existencia de millones de individuos que quedaron descarnados en sus propios cuerpos. En efecto, el embrutecimiento venido desde una religión morbosa y un sistema económico de servidumbre, en nada contribuyeron para que los castellanos entiendan la real riqueza de

estas tierras, cuyo principio y fin se sustentaba y se mantiene en la tierra, la agricultura y su relación con la naturaleza. Comenzó entonces la expropiación de la misma y la esclavitud de los pueblos indígenas, contabilizados no como seres humanos sino como simple fuerza de trabajo. Fue como si las luchas de siglos batalladas por los campesinos y los pobres de Europa de nada hubieran servido, ya que pronto los explotados del otro lado del mundo se transformaron en explotadores. Por ello, con la saña que marcó el ideario del conquistador, estos se lanzaron a la construcción de un sistema ideológico que justifique la barbarie vestida de civilización. La propiedad privada se instituyó como el principio divino de todo ordenamiento jurídico, cuyo peso está en la base del comportamiento occidental y cristiano. El dios de la miseria y resignación se lanzó igualmente al sometimiento de las mentes y los espíritus, que antes libres, ahora se debían el tributo, la obediencia y los sacrificios para la gloria de la iglesia romana y el imperio español. Así se levantó la minería a gran escala, los latifundios, los monocultivos y, desde luego, para los indígenas los servicios forzados, mientras el hambre y las enfermedades extrañas diezmaban las comunidades locales. En una continuidad histórica, las repúblicas nacientes y los estados modernos siguieron el rumbo trazado. No hicieron otra cosa que cambiar de ropaje, adoptando y adaptando nuevas estrategias y discursos, hasta que el neoliberalismo, bisnieto bastardo de

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los imperios coloniales, aprovechando la amnesia que solemos imponernos frente a nuestra propia historia, comenzó la cuenta final regresiva en la destrucción del Planeta, poco importa si con la muerte de los pueblos encargados de mantener el fuego de la vida, también se irán sus nietos y descendientes. Lo que significa que desde esta otra visión; quiero decir, desde la barbarie moderna que se inició al finalizar el siglo XV, la matriz esencial de la existencia humana no está en lo permanente y en la capacidad de reproducir la vida, sino en el egoísta y enfermizo placer de acumular fortunas y poder, sin importar a quienes o lo que haya que sacrificar.

han hecho los pueblos mayas respaldados por sus conocimientos y prácticas que proponen el nacimiento de un nuevo tiempo, si conseguimos no terminar en tragedia universal; es decir el renacimiento de su civilización y de todas aquellas que desde los pueblos originarios y de quienes se incluyen en los valores existenciales básicos del ser humano, no están dispuestos a claudicar.

Entonces ¿queda la posibilidad de diálogo y entendimiento entre la civilización y la barbarie? Como van las cosas ¡No! Porque habría primero que preguntarse si los imperios y dueños supuestos del mundo, están dispuestos a renunciar a sus privilegios, ya que desde el otro lado, el de los pueblos ¿qué más se puede renunciar, si ya casi no queda nada? Queda también esperar algún designio celeste de aquellos que por ahora ni los mismos mayas lo creen, tal el hecho de las profecías antiguas según las cuales, desde la mala consciencia que provocan los fatalismos occidentales, el fin del mundo será inevitable en el próximo 2012. O pensar que como último recurso que es el de siempre, que no queda más que la lucha organizada de quienes aman la vida y quieren una existencia con dignidad, tal como lo

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En los laboratorios y hangares secretos de los imperios modernos, los poderosos piensan en la ciencia y la tecnología que podrá


salvarles cuando el apocalipsis comience, transportándolos a lejanos mundos, en donde puedan reiniciar la explotación de los recursos ahí existentes. Serán capaces de cargar con

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ellos los millones de esclavos y siervos que necesitan para el éxito de esta empresa, o por el contrario, ya planifican los unos a espalda de los otros, ¿quién dominará a quién?

Territorios étnicos y nacionales frente a la globalización

e hecho, el planeta Tierra se hizo delimitado por las condiciones naturales de su propia formación. Los continentes tenían como límite las aguas de los océanos; el paisaje era una vasta extensión apenas interrumpida por cordilleras emergentes, cadenas de volcanes humeantes y tormentas sin fin; pero de ello, ya han pasado muchos millones de años. Lo que significa que los territorios y la composición de las fronteras étnicas, hecho ocurrido hace sólo unos pocos miles de años, no ocupa más de unos pocos segundos en el tiempo geológico, que se lee entre estratos y gargantas profundas, erosionadas por el paso del viento y el agua.

los últimos siglos a pueblos contra pueblos hermanos, a fin de generar las estrategias que permiten la dominación y la explotación de los recursos humanos y las personas, una vez dibujadas las nuevas fronteras trazadas “a regla”; es decir, cortados los territorios étnicos y la lógica de las unidades ecológicas, sólo sirvieron de pretexto para la defensa de sus propios intereses, siendo violentadas cada vez que las circunstancias lo han exigido y, sin importar la vida en su conjunto, ni todo cuanto ella representa.

Luego se organizaron los imperios. Las incipientes delimitaciones nacionales comenzaron a perderse, absorbidas por las ansias de riquezas que mantenían fastuosos reinos y cortes imperiales, seguidos últimamente por los imperialismos modernos con sus multinacionales, trusts, corporaciones, etc.

Demencia y perversidad son las palabras que pueden calificar a los que se alimentan del dolor humano, en particular, de aquel de quienes menos tienen, pero que son dueños de lo más preciado: la tierra que les alimenta y permite su reproducción social. Sin embargo estos calificativos se esconden en conceptos como democracia, libertad y otros tantos que nadie entiende, pero que sirven para atropellar cínicamente el derecho de los demás, encerrados entre las fronteras aparentemente inviolables de los estados que aceptan la dependencia.

Se entiende por ello que los límites impuestos en guerras fratricidas que han enfrentado en

Igualmente se inventaron religiones y legislaciones que permiten a las oligarquías

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locales, lavarse las manos cuando es necesario, o utilizar sus letanías para drogar a quienes han perdido el norte de la identidad y el futuro. En todo caso, todo funciona de maravillas: los amos se pasean por el patio trasero dando órdenes y disponiendo del subsuelo, del agua, de los campos y naturalmente de las personas que en ellos se hacen y construyen los sueños. Casa adentro, los mayordomos cuidan los intereses del imperio con fuerzas del orden represivo, dispuestas a atacar y destruir con

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el máximo de crueldad, cualquier intento de rebeldía. Conclusión: las fronteras que dividen a los pueblos sólo sirven para la dominación. Por lo mismo, si desde afuera se organiza el mundo de la explotación y la muerte, desde adentro debe igualmente organizarse el universo de las transparencias sociales, cuya base histórica y cultural nos enseña la articulación de territorios con una lógica natural y también de aprovechamiento racional y complementariedades.


Esto es, en la base de los años que vienen, duros, o quizá incluso más duros de los que hemos soportado hasta ahora, queda como elemento clave de supervivencia de lucha por la reconstrucción de los territorios étnicos y culturales, sin fronteras medidas a centímetro, pero con áreas de integración que permitan la permeabilidad de un mundo que debe ser uno sólo, pero no globalizado para el beneficio de pocos. La mayor pista para conseguir este objetivo

está en la historia de los pueblos vista y leída por ellos mismos. Además, la comprensión de un mundo en permanente movimiento, pero que visto desde los cambios ocurridos en los últimos siglos, debe integrar al mestizaje como pieza también clave de la sociedad que buscamos construir. Porque en el fondo, la Tierra con su fuerza nos propone sin absorbernos. Nos presenta sus reglas de juego pero no nos subordina como si fuéramos seres autómatas. Nos enamora con su magia, antes que dejarnos sin respuestas.

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TESTIMONIOS

El Buen Vivir

Gabriel , parte del equipo de apoyo en salud y educación comunitaria, Chiapas, México: "Nuestra propuesta de trabajo siempre ha sido, cómo junto con los pueblos, junto con las comunidades, junto con promotores y promotoras de salud, podemos ir soñando, pensando y tomando acciones que ayuden a que la vida sea más buena, sea mejor. No solamente entendemos la salud como la atención médica, sino como el resultado de que la gente viva bien, de acuerdo a sus propias concepciones culturales, de acuerdo a sus propias expectativas. Como pueblos, entonces, en ese sentido el buen vivir que en Sopsil y en Tekthal sería pronunciado como " lequil cuslejal", la buena vida, es algo que es fundamental en nuestro acompañamiento a estos pueblos (...) La buena vida no está medida en parámetros de cantidad de lo que tienes en propiedad, sino que tan contento y que tan a gusto te sientes con la vida que tienes en la comunidad donde estás, en el territorio donde vives y con la gente con la que estás en el entorno donde te ubicas (...) En las comunidades de Tenejapa, todos tienen, mantienen sus costumbres. Los principales de la comunidad, son cuatro personas, cuatro parejas: en esta lógica de las cuatro esquinas del mundo. Son los cuidadores de la comunidad, no son

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la autoridad en el sentido que la entendemos occidentalmente; son las personas de más respeto que pueden orientar a la comunidad. En sus ceremonias, aunque muestran elementos del catolicismo, están presentes los elementos de la cosmovisión maya."

Pablo, afro-descendiente uruguayo y Director de AMISEU (Asociación de Minorías Sexuales de Uruguay): “Todo este bagaje de conocimientos que tenemos nos permite educarnos y acceder a todos los servicios necesarios de la educación, la alimentación, la atención médica, la vivienda, el agua, la tierra y eso nos permite tener una buena salud”

David, nicaragüense que se define como “multiétnico”, con ascendencia misquita, mestiza y criolla; promotor de salud en la Región Autónoma de la Costa Atlántica Norte: “Siempre hay una relación con la naturaleza, porque la naturaleza no sólo nos da la vida, es más que la vida, es parte de nuestro ser. Y esa es la relación que nosotros tenemos y el concepto que nosotros tenemos. Y vemos la naturaleza como una hermana."


Viviana, de origen aymara; boliviana y médico: “El SUMAJ KAWSAY es el equilibrio de la vida, que buscamos como gente digna, libre, solidaria y desde las comunidades indígenas; en distintos idiomas se plantea el buen vivir entre nosotros, como hermanos y hermanas, con las plantas, los animales, los cerros, los astros, los ríos: con todo lo que nos rodea. Así el buen vivir es buscar una buena vida en torno a las relaciones e interacciones respetuosas y con cariño que se dan entre las personas y con el universo entero. Para lograrlo, necesitamos generar en nosotros mismos y en nuestro entorno un ALLIN MUNAY, ALLIN RUWAY y un ALLIN YACHAY. (…) Así, EL SUMAJ y el ALLIN se complementan. Queremos vivir de buena manera, de bella manera con un respeto elevado por la vida. Como ALLIN MUNAY, entendemos el «querer bien», decimos MUNAY como significando amar, o sea bien amar o bien querer (…) es un amar fuerte, es sentir al cosmos y a la Pachamama con cariño. Como ALLIN YACHAY, entendemos saber bien las cosas, entender bien, tener un buen pensamiento: conocer bien quienes somos, donde estamos, de donde venimos. Así, podemos proponer con claridad hacia donde queremos ir, y de qué maneras podemos hacerlo con la mente y el corazón.

El camino de nuestros ancestros como ALLIN RUWAY o el hacer bien las cosas, con intención, para todos los que interactúan con nosotros. Cuando hacemos las cosas plena y realmente, convocamos las fuerzas complementarias de la vida, que aunque sean opuestas, se complementan entre sí, generando el movimiento necesario para la vida, produciendo así el existir real de este universo. Este ALLIN RUWAY es la síntesis actuante del ALLIN MUNAY y el ALLIN YACHAY. Es decir que si tenemos el buen sentir y el buen conocimiento, sabremos hacer cosas buenas, para compartir y ser parte de esta red de la vida.”

William, nicaragüense: “Es la aspiración máxima de las condiciones físicas personales, familiares, comunitarias y de buena relación con la naturaleza de un individuo; es el resultado de una construcción social y tiene estrecha relación con un modelo económico. Un modelo capitalista promoverá en los grupos sociales la expectativa de un buen vivir basado en el consumo de bienes materiales. En un modelo económico solidario se construye un estilo de vida basado en que los bienes básico y meramente necesario favorecen un buen vivir. Desde la visión de los pueblos originarios el buen vivir tiene relación con la cosmovisión de estos pueblos y su estrecho respeto y relación con la naturaleza y sus recursos”.

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dos

LA NOCHE 53


EL MITO Segunda Rueda Profética de un doblez de Katunes 11 Ahau El 11 Ahau Katun, primero que se cuenta, es el katun inicial. Ichcaansihó, Faz-del-nacimientodel-cielo, fue el asiento del katun en que llegaron los extranjeros de barbas rubicundas, los hijos del sol, los hombres de color claro. ¡Ay! ¡Entristezcámonos porque llegaron! Del oriente vinieron cuando llegaron a esta tierra los barbudos, los mensajeros de la señal de la divinidad, los extranjeros de la tierra, los hombres rubicundos…, [texto destruido]… comienzo de la Flor de Mayo. ¡Ay del Itzá, Brujo-del-agua, que vienen los cobardes blancos bajará, vendrá del cielo, por todas partes vendrá, al amanecer veréis la señal que le anuncia. ¡Ay! ¡Entristezcámonos porque vinieron, porque llegaron los grandes amontonadores de piedras, los grandes amontonadores de vigas para construir, los falsos ibteeles de la tierra que estallan fuego al extremo de sus brazos, los embozados en sus sabanos, los de los cielos (1). ¡Ay! ¡Entristezcámonos porque llegaron! ¡Ay del Itzá, Brujo-del agua, que vuestros dioses no valdrán ya más! Este Dios verdadero que viene del cielo sólo

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de pecado hablará, sólo de pecado será su enseñanza, Inhumanos serán sus soldados, crueles sus mastines bravos. ¿Cuál será el Ah Kin, Sacerdote-del-culto-solar, y el Bobat, Profeta, que entienda lo que ha de ocurrir a los pueblos de Mayapán, Estandarte-venado, y Chichen Itzá, Orillas-de-los-pozos-del-brujodel-agua? ¡Ay de vosotros, mis Hermanos Menores, que en el 7 Ahau Katun tendréis exceso de dolor y exceso de miseria por el tributo reunido con violencia y antes que nada entregado con rapidez! Diferente tributo mañana y pasado mañana daréis; esto es lo que viene, hijos míos. Preparaos a soportar la carga de la miseria que viene a vuestros pueblos porque este katun que se asienta en katun de miseria, katun de pleitos con el diablo, pleitos en el 11 Ahau. ¡Oh vosotros, Hermanos Menores, oh vosotros, Hermanos Mayores, la palabra de Dios [sic] del cielo y de la tierra, recibid a vuestros visitantes, a los llegados barbudos, a los mensajeros de la señal de Dios [sic] que vienen a establecerse como vuestros Hermanos Mayores, a los Señores que marcarán la piedra ahora, los Ah Tantunes (2), los que os pedirán generaciones de Dios a vosotros! Éstos son los nombres de los Ah Kines, Sacerdotes-del-culto-solar: Ah Misnilacpec, El-


que-mueve-barrien Señor: “Arderá la tierra, se harán círculos blancos en el cielo durante este katun, así acontecerá”. Viene de boca del Dios Padre [sic], no es palabra de engaño. ¡Ay! ¡Muy pesada es la carga del katun en que acontecerá el cristianismo! Esto es lo que vendrá: poder de esclavizar, hombres esclavos han de hacerse, esclavitud que llegará aun a los Halach Uiniques, Jefes de Trono de dos días, de Estera de dos días, hijos de los días de locura lasciva. Será su final por obra de la palabra de Dios [sic]; de once medidas será su

jícara y por todas partes se verá la señal de Su rostro durante Su reinado. Reunión de piedra será su enseñanza, reunión de piedras será Su hablar. Si habréis de morir, si habréis de vivir, ¿quién habrá de saber la verdad de estos signos reales? ¡Ay de Mayapán, Estandarte-Venado! Se hace pequeña por sí sola la justicia que pone en los calabozos, que saca las amarras, los azotes y látigos. Cuando se asiente, dobles serán la oreja de Su Hijo, tendrá Su sombrero en la cabeza y Su calzado en los pies, anudado tendrá el cinturón a la cintura cuando ellos vengan.

(1) Hace referencia a los excesivos trabajos a los que fueron sometidos los indígenas en la construcción de templos católicos. (2) Tantun: Ante-la–piedra-preciosa. Tomado de “El Libro de los Libros del Chilam Balam” Fondo de Cultura económica, México 2008

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UN POEMA Boletín y Elegía de las mitas (parcial) ……

Yo soy Juan Atampam, Blas LLaguarcos, Bernabé Ladña, Andrés Chabla, Isidro Guamancela, Pablo Pumacuri, Marcos Lema, Gaspar Tomayco, Sebastián Caxicondor. Nací y agonicé en Chorlaví, Chamanal, Tanlagua Nieblí. Sí, mucho agonicé en Chisingue, Naxiche, Guambayna, Poaló, Cotopilaló. Sudor de sangre tuve en Caxají, Quinchiriná, en Cicalpa, Licto y Conrogal. Padecí todo el Cristo de mi raza en Tixán, en Saucay, en Molleturo, en Cojitambo, en Tavavela y Zhoral. Añadí así más blancura y dolor a la Cruz que trujeron mis verdugos. Amí, tam. A José Vacancela tam. A Lucas Chaca tam. A Roque Caxicondor tam. En plaza de Pomasqui y en rueda de otros Naturales. A Melchor Pumaluisa, hijo de Guápulo, en medio patio de hacienda, con cuchillo de abrir chanchos, cortáronle testes, Y, pateándole, a caminar delante de nuestros ojos llenos de lágrimas. Echaba, a golpes, chorro de ristre de sangre. Cayó de bruces en la flor de su cuerpo.

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Oh, Pachacámac, Señor del Infinito, Tú, que manchas el Sol entre los muertos. Y vuestro Teniente y Justicia Mayor José de Uribe: “Te ordeno”. Y yo, con los otros indios llevábamosle a todo pedir, de casa en casa, para sus paseos, en hamaca. Mientras mujeres nuestras, con hijas, mitayas, a barrer, a carmenar, a texer, a escardar; a hilar, a lamer platos de barro —nuestra hechura—. Y a yacer con Viracochas, nuestras flores de dos muslos, para traer al mestizo y verdugo venidero. A cuatro semanas de ayuno. Recubiéronme: Mi hija partida en dos por Alféres Quintanilla, Mujer, de conviviente de él. Dos hijos muertos a látigo Oh, Pachacámac, y yo, a la Vida. Así morí. Y de tanto dolor, a siete cielos, por setenta soles, Oh, Pachacámac, mujer pariendo mi hijo le torcí los brazos. Ella, dulce ya de tanto aborto, dijo: “Quiebra maqui de guagua; no quiero que sirva de mitayo de Viracochas”. Quebré. Cesar Dávila Andrade. Ed. Casa de la Cultura Ecuatoriana, Quito, 1975

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ARTICULOS

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Represión y Religión

uando llegaron los primeros españoles a América, todo parecía el sueño del buen cristiano que se habían aventurado por las profundidades del mar océano, buscando tierras a donde no había llegado aún la luz del cristianismo; su sagrada misión era la de salvar almas, al precio que fuere. Sin embargo, detrás de tan nobles intenciones viajaban también escondidas, la codicia y las ansias de riqueza, de suerte que

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pronto y al unisonó, nuestros bondadosos invasores, soltaron el grito de guerra: ¡Oro! Comenzó entonces uno de los genocidios más grandes de la historia de la humanidad y, para apagar el dolor de los miles de pueblos sometidos y explotados, la iglesia instituyó el dolor como camino de salvación, el sacrificio


y desprendimiento de los bienes terrenales como forma de incluirse en la lista de los aspirantes al reino de los cielos, en donde naturalmente, los pobres y menesterosos tiene su cupo. Acá, en la tierra, para los poderosos quedaban los placeres de la tierra, pero también, puesto que han controlado igualmente la burocracia eclesiástica y sus santos apóstoles, la primera fila en el paraíso celeste. Porque represión y religión han sido siempre inseparables en la historia del mundo, a punto de que, cuando se instauraron las más cruentas dictaduras fascistas en Latino América, especialmente en países dominados por una población indígena, el bálsamo del dolor se encontró nuevamente en las religiones de turno; es decir en las múltiples sectas del cristianismo, esta vez con un sellito bien escondido que dice “made in USA”. Por ello, causa un impacto visual, observar en las calles de Chimaltenango y por donde uno vaya en Guatemala, templos, iglesias, radiodifusoras, centros educativos, casa de oración, recreación, etc., ya sean evangélicos o protestantes; se incluyen además pancartas con textos bíblicos en los supermercados o en los más humildes talleres y puestos de venta. Toda una estrategia montada, justo en los años terminales de la guerra y la firma de la paz. Como si con oraciones y alabanzas se pudieran recuperar las miles de vidas asesinadas, encarcelas y torturadas

que dejó la represión en todo el país. Como si la resignación, elevada a súplica y perdón, callara las voces de madres, niños, hermanos y tantos otros, cobardemente masacrados por la dictadura y sus asesores norteamericanos que diseñaron la eliminación sistemática de pueblos y aldeas enteras. Resulta entonces comprensible, como aquellos que victimaron a miles de personas, sean actualmente sostenidos por una parte de quienes fueron sus víctimas. En ello fueron muy hábiles los asesinos, cuando sentenciaron al silencio las voces de quienes clamaban justicia, recordándoles nuevamente que el reino de los pobres está en el cielo y que los pecados de la humanidad se lavan con sangre. Por ello, sus manos, ahora se levantan incluso como salvadoras, puesto que en el imaginario de muchos sobrevivientes de la guerra, éstas se representan como ejecutoras de la justicia divina. En el tapete de pensar una nueva sociedad, las religiones tendrán que rendir cuentas y concentrarse en los problemas de la tierra, sin más engaños que aprovechen los tiranos y poderosos, de otra forma, su camino está sentenciado hacia el abismo más oscuro de la noche. Sólo hace falta que despierten las conciencias de quienes cayeron en sus redes.

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Sectas protestantes: un plan orquestado para la dominación de América Latina con sello “Made in USA”

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as religiones son mágicos inventos del miedo ante la incógnita de la muerte, como si pudiéramos tenerlo todo y de pronto ¡nada! Es igual, aparecen como la necesidad de entender el aparente caos de la naturaleza y la confusión de nuestros conocimientos, debido justamente a los límites en el entendimiento de las leyes que rigen el Cosmos. En fin, se constituyen

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como respuestas sinceras y siempre como la exaltación de los valores más sublimes del ser humano, aunque, poco a poco se institucionalizan y comienza la especulación de los mismos, junto con el sometimiento de las grandes mayorías, a los intereses de unos pocos que se sienten privilegiados o tocados por la gracia divina.


Por ello, las religiones se han convertido durante siglos y milenios en verdaderas mordazas de las consciencias individuales y colectivas, pues en nombre de un dios de bondad y amor, se sacrifican los más caros anhelos de libertad y saber vivir en armonía con los demás y con nuestros entornos. Debiendo distinguirse naturalmente entre religión y religiosidad. La primera como concepto y práctica institucionalizada de un conjunto de creencias basadas en el dogma y la fe; la segunda, como la expresión libre de los sentimientos de respeto y convivencia natural que guardamos con todo lo que nos rodea y está vivo.

Oriente y en una parte del continente africano, durante el período medioeval, buscando controlar las rutas del comercio con Asia, se trasladaron luego al “Nuevo Mundo”, cuando América fue supuestamente “descubierta”. Entonces, a partir del siglo XVI, la iglesia católica construyó la mayor de las extensiones territoriales bajo su dominio y el de los reyes de España, obligando a los pueblos locales, mediante la fuerza de la espada y la cruz, a la explotación de los metales preciosos y otros recursos, a cambio de lo cual se impuso una religión única, como supuesto de salvación espiritual.

En este sentido, las religiones que se presentan siempre con un rostro de liberación espiritual, lo hacen en nuestros días con distintas fachadas, aunque algunas como las sectas neo cristianas de origen norteamericano, enarbolan un rostro de abierta sumisión a los designios del imperio y a las clases dominantes, en particular de los países llamados del “tercer mundo”. Revisemos entonces, a través de la ventana abierta de Guatemala, lo que ocurre en general en América Latina, ya que esta nación centroamericana se caracteriza por ser la más golpeada por el flagelo. El Vaticano es sin duda la mayor expresión de las contradicciones entre los poderes políticos y económicos que marcaron la historia de Europa, a partir de la cristianización de sus territorios. Estos hechos que golpearon también, con las Cruzadas, en el Medio

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Ahora bien, este dominio que ha durado siglos, comienza a verse afectado, sólo cuando las estructuras feudales impuestas en Latinoamérica por la colonización, dieron paso a los cambios liberales, con modelos de desarrollo capitalistas, que no siempre coincidieron con los aspectos ideológicos de la dominación tradicional, basados en la alianza indisoluble entre la Iglesia y los terratenientes, los cuales habían continuado gobernando las jóvenes repúblicas surgidas de la Independencia de España. De suerte que debemos esperar la segunda mitad del siglo XX, para entender las nuevas ideologías que surgieron, especialmente de la imposición de los modelos de desarrollo agro exportadores que requerían simultáneamente la modernización de los estados. Para el caso, había que diseñar una nueva estrategia como la que propuso en 1969 el Informe Rockefeller, sugiriendo la atención prioritaria que Estados Unidos debía dar a las iglesias protestantes y a las instituciones militares de América latina. Lo que significa que, la proliferación de iglesias protestantes de corte pentecostal y neo pentecostal, se ha dado justamente cuando mayores han sido los conflictos que han afectado la región, con la participación activa de los ejércitos nacionales, encargados de la represión a cualquier intento de cambio social. Es decir, la cruz llegó, sólo que esta vez, junto con las bayonetas y el napalm. Lo que significa también, que primero fue la iglesia católica venida desde el imperio español, mientras que ahora, sus rivales, las

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iglesias protestantes venían desde el imperio norteamericano. Pero qué caracteriza a las ramificaciones del cristianismo en tiempos modernos. Primero señalemos que el protestantismo surge como la necesidad del liberalismo de finales del siglo XIX, que busca contar con una base religiosa opuesta a la vieja alianza entre la cúpula católica y el poder político y económico conservador. Por lo tanto, en el caso guatemalteco, tiene ya algo más de un siglo de vida y forma parte de uno de los fundamentos activos del proyecto liberal. Luego, a partir de la segunda mitad del siglo pasado se hacen presentes de manera oficial las diferentes variantes históricas del protestantismo, esto es, la iglesia presbiteriana, la luterana y la baptista. Producto de ello, en 1962, el régimen corrupto de Ydígoras Fuentes inicia la primera gran campaña nacional de evangelización en Guatemala. Surge posteriormente, la iglesia pentecostal (1930) que comienza entonces a tener una influencia marcada en los mandos del poder político y en la burguesía capitalina, principalmente, manifestando en los discursos y prédicas un distanciamiento de los asuntos políticos, aunque instruían a los fieles por las opciones a su conveniencia. Serán en cambio los neo pentecostales, quienes a partir de 1980 se sumarán a una corriente orientada hacia la participación activa en temas políticos, aunque claro está, desde la óptica de los sectores dominantes y muy en particular, desde la posición de los militares, en franca acción genocida


contra los indígenas mayas y el pueblo en general. Su mayor ejemplo, el dictador Ríos Montt, dirigía la iglesia Verbo, siguiendo las enseñanzas del fundador de la secta, un rico empresario norteamericano, que pensaba que debía transmitir las enseñanzas sólo a los de su clase social. En estas circunstancias, la iglesia católica, desplazada por las propias fuerzas internas de su calidad de “guía espiritual” de los

guatemaltecos, se vio igualmente dividida frente a las alternativas de cambio social, seguidas desde el gobierno de Jacobo Árbenz (1951-1954) y frente a la respuesta represiva de los militares, las clases dominantes y el imperialismo. De suerte que, en desacuerdo con la cúpula eclesiástica, un importante grupo de católicos optó por un camino contestatario a través de la Iglesia de los Pobres, surgida desde la Teología de la Liberación, mientras su militancia fue igualmente reprimida con

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asesinatos, secuestros y desapariciones, como ocurría con los demás sectores, opuestos a la dominación capitalista. En 1991, después de la firma de la paz, sube al poder mediante elecciones “democráticas” el neo pentecostal y antes pentecostal, Serrano Elías, confirmando las relaciones entre la ideología de la clase en el poder con su sustrato religioso y la vigencia de años de sojuzgamiento e imposición religiosa practicada por las sectas evangélicas, tanto desde la prédica y las obras de supuesta beneficencia, como desde las acciones de fuerza a las que debieron someterse miles de campesinos indígenas recluidos en los campos de concentración para prisioneros de guerra, entonces llamados sínicamente “aldeas modelo”. En ellas, todos sabían que quien no trabaja -para los nuevos terratenientesno come y, que sin recibir previamente el alimento espiritual impartido por los pastores,

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En 1992, apenas unos años después de la más cruenta represión y genocidio que ha vivido la América india del siglo XX, existían en Guatemala más de 15.000 templos pentecostales y neo pentecostales, 200 colegios, 1 universidad, 12 emisoras nacionales de radio y 1 canal de TV. Estas cifras han ido creciendo año tras años, mientras que, entre el 35 y 40 % de la población se declara evangélica practicante. Y lo que ocurre es que en el fondo, toda religión tiene su propósito y se camufla. Quiera o no, es parte de las estructuras del poder que ha engendrado las grandes desigualdades y los privilegios de pocos que quieren mantenerlos a cualquier costa. Es parte de la lucha de clases que busca imponer desde la bancada de los poderosos, su lógica y conveniencias.

Masacre e impunidad

ensar en asesinos en serie, espeluzna al más fuerte de conciencia. Constatar los crímenes de humanidad, como etnocidios, genocidios, también discretamente, matanzas dichas como errores de guerra, avergüenzan nuestra condición de seres naturales. La inquisición pesará como plomo en la supuesta espiritualidad del Vaticano, que se ahoga en su propia aventura de poder y gloria; todos los monoteísmos y prácticas excluyentes tiene un ovillo de crímenes estrangulándoles la garganta. No

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tampoco se comían tortillas.

existe un solo dictadorzuelo, incluso los modernos tiranos de fachada democrática, que no se tiñan de sangre en la memoria de sus actos. San Francisco, el místico de la naturaleza y desde luego Santo Domingo y tantos otros clérigos, tuvieron en Torquemada y Compañía Limitada de Torturas, los mejores ejecutores del martirio y la hoguera para los no creyentes de tanta basura apocalíptica. Tiempos de usura espiritual y vacio de razones, que entre otras cosas, permitieron


el triunfo de las modernas democracias, ocultas en trajes de sectas secretas y elogios al capital y los imperialismos de turno, como bien supremo de los grupos privilegiados, en desmedro de las grandes mayorías. En alguna parte de Guatemala milenaria, sólo se escucha el silencio de los muertos y el grito de los sobrevivientes, sus hijos y memoria; también el leve crujido de los espíritus que no se rindieron, juntos todos, ante las masacres y, que poco a poco, se levantan como plantas de maíz después de la tormenta, para cumplir

los ciclos de la tierra. ¡Qué Pueblo de persistencias y nunca dejarse morir! ¡Qué división de horizontes, cuando Guatemala sólo tiene ventanas infinitas como el Pacífico y el Atlántico: puertos de todo viajero que intenta los secretos del tiempo; esa suerte de obsesión Maya, ahora en la sangre de las calles de Tikal, Mixco, Iximché y Antigua; de ladinos y quienes pisan sus volcanes y lagos constantes, reconociendo la sangre de Guatemala.

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¡Qué pueblo de masacres nacidas desde la supuesta imagen de sus leyes y dioses, que nunca fueron verdades y ahora terminan como esqueletos inventados por Hollywood, mientras los rituales del fuego son los únicos que permiten el ascenso de las frutas y los granos, del copal y el incienso hasta la pureza del espíritu de la vida. ¡Qué ignominia de los invasores! Por lo mismo, tiene que terminar el genocidio y la discriminación más irracional del Continente. En Ciudad Guatemala, la zona rica se nutre de las más selectas artesanías, que vienen del corazón del pueblo Maya, convertidas en obras anónimas y vitrinas para extranjeros que nunca beberán del maíz su esencia, ni el alimento dulce de sus granos. Tiene que terminar la agresión contra sus tierras milenarias, sólo para satisfacer la voracidad del capitalismo, que con ojos de fuego, no entiende la sonrisa de los niños, las caricias de una madre a su terruño o la vida en su soplo de bosques. Tiene que terminar el envenenamiento religioso del cristianismo, no importa si son las iglesias católicas, o peor aún, las sectas protestantes y evangélicas que suplieron a la persecución del ejército guatemalteco y sus masacres contra las aldeas Mayas, con el perfecto embrutecimiento de paraísos perdidos y culpas ni siquiera imaginadas, sumisión y obediencia. Porque las masacres dirigidas por los dictadores Lucas García y Ríos Montt, en

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la primera mitad de la década del los años ochenta, siglo XX, a más de estar orquestadas y financiadas por el Departamento de Estado de los Estados Unidos, siendo genocidios hasta ahora impunemente olvidados por la conciencia mundial, no pueden repetirse. Porque sobre todo, está en el calendario de los próximos años y las políticas que ejecutarán los imperios, especialmente el norteamericano, a pretexto de la defensa de una democracia espurrea y demencial, que no respeta ni los más simples sentimientos del ser humano y la naturaleza, la ocupación de los territorios en donde existen recursos mineros, imprescindibles para la supervivencia de su modelo de vida capitalista y los fuegos fatuos del orden mundial ¡cueste lo que cueste! Entonces, cómo no visualizar esas oposiciones perversas entre pobreza y despilfarro; dos mundos que se ven y se rechazan, pero que el segundo tiene la obligación de intervenir para que se abandonen el precarismo y las prácticas de pueblos que viven en el pasado. Forma de agruparnos en el círculo de la producción y de nuevo, el mundo capitalista, en donde, por lógica cristiana, unos son más y otros menos; total: el reino de los pobres no es de este mundo. Porque se trata así mismo, de las economías con enfoques opuestos y dependientes de factores contradictorios, diferencias culturales, construcción de un escenario de vencidos y vencedores, repúblicas y pueblos aborígenes, progreso y atraso, religiones monoteístas y politeístas, civilización y masacres.


Todo un conjunto de vida y muerte que se torna favorable para las clases dominantes de un Continente sometido por una sociedad extranjera, que invadió estos territorios e impuso su orden, sin siquiera darse cuenta de los valores propios del mismo, salvo el oro y la plata que les calaba el culo y la conciencia.

conoce, aunque en la CIA y le Departamento de Estado de la USA ¡Sí! Se llama mister dólar.

Los que masacraron 627 aldeas y pueblos Mayas, no tienen el derecho de hablar en nombre de Guatemala, por más que se llenen la boca con el nombre de un dios que nadie

¡Ahora!

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¡Asesinos como Ríos Montt deben ser juzgados por el tribunal de La Haya, por genocidio y crímenes de lesa humanidad!

¡Exijamos su juicio internacional!

“Es un monstruo grande y pisa fuerte”

a minería entra en una fase de agresividad muy particular, especialmente en varios de los países de América Latina. Las necesidades del crecimiento económico, aplaudido por los organismos económicos mundiales, exige la extracción de recursos no renovables, localizados en áreas rurales, afectando fuentes de agua, tierras de cultivo, bosques, el aire que se respira y toda una cadena devastadora de efectos mortales sobre la salud de las personas, los ecosistemas, y en general, la vida del planeta. Pero es más, en países como Guatemala, Ecuador, Perú, Bolivia, Brasil, etc., la mira apunta a aquellos territorios en donde se concentran poblaciones indígenas y campesinas de origen ancestral, en cuya cosmovisión, no sólo se entienden aspectos productivos, económicos y de organización comunitaria, pues se incluyen los espacios de reproducción social, con valores y principios que cimentaron desde siempre la historia y

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sus realidades culturales. Preocupa además los niveles de represión orquestados por los gobiernos nacionales en contra de las poblaciones más desprotegidas, que son justamente las más golpeadas por este flagelo en tiempos de globalización; la especial saña con que se criminaliza la protesta social, a título de terrorismo y otros calificativos que reproducen las épocas más amargas de las dictaduras fascistas, que buscaban aplastar la organización de los pueblos y su grito de propuesta ante las injusticias y la explotación. Sólo que por ahora estamos en

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“tiempo de paz” e incluso, en algunos países bajo la dirección de gobiernos que se llaman antiimperialistas, de corta socialista y otros membretes de auto calificación. Iniciándose el nuevo siglo con nubes negras que anuncian tormentas, con años de confrontación y dolor, en donde todo parece indicar que el monstruo capitalista, embriagado de petróleo reclama nuevos tributos a la tierra. En efecto, la sangre derramada no sació sino momentáneamente su voracidad de poder; ahora exige más oro, cobre, plata, níquel, etc. Todo cuanto le costó al planeta


millones de años para transformarse en bienes de consumo - chatarra y despilfarro. Mientras que en las ciudades, la indolencia de una parte de sus habitantes permite que observen impávidos y hasta con desprecio las protestas y marchas que hacen cientos de pueblos por la defensa de la vida; o simplemente cierran los ojos a la represión, las muertes y desapariciones de los dirigentes populares, las encarcelaciones y los abusos de las fuerzas del orden de los imperios modernos.

Ello, sin tomar en cuenta que cuando se agote el agua en sus fuentes, también se cerrarán las plantas de potabilización en las urbes; que cuando los campos dejen de producir, igualmente se vaciarán los mercados y supermercados y, que ellas mismas ya saturadas con millones de personas pululando en el desempleo, serán el último reducto de los desplazados por la minería. Por ello y mucho más, queda claro que sólo la resistencia de los de abajo detendrá la destrucción del medio ambiente y de la gente que aún intenta vivir en armonía con

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la naturaleza. Que sólo la lucha organizada se direcciona como camino a seguir, en contra de la perversidad de quienes se sienten los dueños predestinados del mundo y de la existencia sobre la faz de la tierra. Que sólo de pueblo a pueblo debe tejerse el entramado

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La minería en San Juan de Sacatepéquez

nmar Orlando Baror Zet, cayó el 12 de octubre del 2009, luego de la cobarde agresión que realizaron en un ejercicio combinado, la policía, el ejército y paramilitares guatemaltecos, a la comunidad de El Troje, perteneciente al municipio de San Juan de Sacatepéquez, del departamento de Guatemala. Las balas que cegaron su vida,

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de fraternidad y solidaridad, que apoye la construcción de un proyecto alternativo que vea con optimismo el futuro de la humanidad. Puesto que de otra forma, la tormenta que se avecina no dejará espacio para la renovación de los sueños.

también dejaron en la orfandad a un tierno niño, mientras su madre aún llora la ausencia, en medio de la más precaria situación económica, pues su hijo era el sustento de toda la familia. El municipio de San Juan Sacatepéquez se halla a sólo 31 kilómetros de la Capital de Guatemala


y cuenta con una población superior a los 150.000 habitantes, en su mayoría, maya kaqchiqueles que se distribuyen en una superficie de terreno de 242 kilómetros cuadrados. María Fidelia Zet Xoc, madre de Inmar Orlando, habla sobre los sucesos ocurridos, con la rabia contenida de aquellos cuya voz no se escucha y si se escucha, en nada cambia la suerte de sus vidas. Nos cuenta su dolor, sólo con la esperanza de que el futuro cambie y cambien las condiciones de desprecio y abuso con las que trata una parte

de la sociedad mestiza y los gobiernos de turno a todo su pueblo. Nos habla con la fuerza de sus lágrimas que espera ya no sigan derramando las madres y mujeres mayas, que tanto han sufrido desde que fueron sometidos sus dioses, su cultura y sus tierras a los designios extranjeros. El preámbulo de esta escena de dolor e indignación se halla en la empresa San José MINCESA, con capitales locales y suizos (Holcim), la misma que busca implementar una fábrica de cemento en medio del territorio de 12 comunidades kaqchiqueles, que guardan

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las pocas fuentes de agua existentes en la zona con el mayor de los celos y respeto ancestral, pues de ellas depende la vida que se sustenta a partir de sus milpas de maíz, fréjoles, calabazas, verduras y, últimamente, todo tipo de flores que se venden en los mercados nacionales e internacionales. Para lograr su objetivo, la empresa ha recurrido a los más infames métodos de intimidación y represión, en franca complicidad con las autoridades municipales, el Gobierno y desde luego, las fuerzas del “orden”, que al servicio de los empresarios cometieron estos actos de barbarie, incluyendo además, heridos de bala, sentenciados a 150 años de cárcel por “terrorismo químico, biológico y atómico”, y otros dirigentes que permanecen ya, dos años en las cárceles del país sin sentencia alguna. En tanto que, numerosos comuneros también han sufrido amenazas, secuestros y extorciones, o han sido encarcelados sin orden judicial, simplemente gracias a los “buenos oficios” de las autoridades que buscan esclarecer sucesos que comprometerían a los líderes locales en el supuesto asesinato de un trabajador de la empresa. Por ello, retrocedamos en el tiempo a fin de entender la dinámica de los acontecimientos: En el mes de Septiembre del 2006, varias personas ajenas a las comunidades empezaron a llegar hasta las tierras kaqchiqueles, con instrumentos de medición y topografía; se trataba de ingenieros y arquitectos de la compañía Cementos Progreso. Primero se habló de una vía que se planificaba construir,

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pero poco a poco, estas personas intervenían en los patios, los terrenos y las milpas, sin pedir el consentimiento de sus propietarios. Los técnicos estaban siempre acompañados por dos o tres guardias de seguridad, bien armados. Luego vino la destrucción sistemática de los cultivos realizada en las noches por encapuchados, de suerte que los comuneros con sus autoridades, que nada sabían de las causas o los objetivos de estas acciones, acudieron hasta las autoridades municipales, que en primera instancia dijeron desconocer del asunto pero luego, expresaron que Cementos Progreso iba a explotar cemento en la hacienda San José Ocaña, con los beneficios para las personas de la zona que tendrían oportunidades de trabajo, etc., etc.


En enero del 2007, los técnicos comenzaron a llegar encapuchados hasta El Pilar I y II, Municipio de Santo Domingo de Xenacoj, pero esta vez acompañados por miembros de la policía. La comunidad reaccionó y detuvo a tres individuos que fueron llevados hasta la alcaldía, en donde se levantó el acta respectiva, con el compromiso de los trasladados de no realizar más este tipo de operaciones. Pero como en una telenovela que repite los mismos hechos, cambiando de nombre a los personajes y de escenario a los sucesos, la misma metodología que emplean las mineras en el mundo entero se repitió a partir de este año, sólo que en esta ocasión le tocó el turno a San Juan de Sacatepéquez. Esto es; vinieron las acciones buscando expropiar “legalmente” las tierras aledañas a la hacienda, luego las tentativas de compra de propiedades y desde luego, el resquebrajamiento de la unidad comunitaria, mediante la compra de algunos de sus miembros que se mostraban gustosos de trabajar e incluso predicar a favor de la cementera. Se llegó naturalmente a contar con el concurso “técnico” de algunas ONGs para que convenzan a los kaqchiqueles sobre las bondades que ofrecía la minera y los beneficios inmediatos y a largo plazo que obtendrían, sin descontar el discurso de la “tecnología de punta” con la que se vende gato por liebre, ahí donde no hay ratones. Los engaños tampoco faltaron, así en complicidad con Agro Bosque, entidad dedicada a la reforestación, se dejaba un quintal de cemento con dos plántulas para

sembrarse, como un mensaje de que junto al cemento venía el mejoramiento ambiental; sólo que, por debajo de la bandeja estaba un acuso recepción con los datos de la familia, firmado por el padre o la madre y con el número de cédula respectivo. El lector ya imaginará el propósito. Los comuneros reaccionaron tomando a los forestales con sus vehículos y luego de explicarles su posición con respecto a la minera los trasladaron hasta el pueblo, en donde fueron dejados ante las autoridades competentes. Días más tarde fueron acusados de secuestro, 4 líderes comunitarios que ni siquiera habían participado de los hechos; posteriormente este número subió a 15. A partir de estos eventos, los apresamientos fueron continuos y el acoso subió de tono, atemorizando a la población de San Juan de Sacatepéquez, hasta que finalmente, el 14 de diciembre del mismo año, aprovechando una reunión de las 12 comunidades en Santa Fe Ocaña, convocada para orar por los detenidos, la policía atacó a la multitud con gases lacrimógenos, procediendo como en los mejores tiempos de la represión genocida al arresto de los 15 dirigentes, que fueron juzgados, como ya dijimos, por “terrorismo, químico, biológico y atómico”. Lo último, no sabemos, si como un franco reconocimiento a la sabiduría y ciencia Maya, o por ignorancia culposa que peca de crimen contra la lógica más elemental del ser humano. El 22 de junio del 2008 la situación era tensa. La empresa trasladó su maquinaria pesada para ampliar el camino hasta la finca de Concepción, de su propiedad, causando daños

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a los caminos vecinales. Ante esta agresión las autoridades comunitarias solicitaron a la alcaldesa, Marta Sican de Coronado tomar cartas en el asunto, pero ésta sólo respondió enviando a unos pocos concejales hasta el lugar de los hechos, cosa que molestó a los moradores del lugar que gritaron consignas contra la minería. La respuesta fue inmediata: los guardias de la finca dispararon, hiriendo a varios dirigentes. En la noche murió Francisco Tepeu, trabajador de la empresa; algunos vecinos del occiso afirman que:

“…llegaron unos encapuchados, lo ataron lo llevaron a la auxiliadora después lo sacaron afuera, lo golpearon y ahí fue que murió, suponemos que fue la misma empresa para crear más conflictos entre nosotros” Inmediatamente se formó el “Movimiento Tepeu” integrado por vecinos que trabajan y defienden como suya a la cementera, mientras que el presidente de la República, Álvaro Colón declaró el estado de emergencia en todo el Municipio. Así, el 23 de junio se concentraron 2000 efectivos del ejército y la policía a lo largo de las comunidades occidentales de San Juan de Sacatepéquez, siendo apresadas 43 personas, incluyendo algunos menores de edad. Se produjeron además violaciones de mujeres y secuestros de adultos, incluyendo el de la niña María Josefina Díaz Zet. Mientras que Inmar Orlando Baror Zet, fue asesinado cobardemente cuando pasaba próximo a una reunión de personas en el

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Troje, que se preparaban por una marcha. Su compañero, que también recibió una herida de bala, indica que dos personas desconocidas en el sector fueron increpadas por él, cuando amenazaban a la gente, señalando que antes de dispararle en la cabeza al joven indígena, uno de ellos exclamó “…yo en un minuto mato a un montón de indios pisados” Según su testimonio, los dos individuos fueron detenidos posteriormente en Santa Lucía, desconociéndose su destino.


Días después se reunió la Mesa de Diálogo, convocada a partir de la Secretaría de la Paz, con la participación del Alto Comisionado de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, un delegado de la Iglesia, la Fundación Rigoberta Menchú, la CONIC y PDH, sin otro resultado que las promesas por cumplirse. El 22 de abril del 2010, Día Internacional de la Tierra, más de 10.000 indígenas de los alrededores de Ciudad de Guatemala, afectados por la minería marcharon hasta el Palacio de Gobierno, exigiendo el cumplimiento de los acuerdos suscritos entre el Gobierno Nacional y las organizaciones indígenas. Los plazos y condiciones fueron dados para su ejecución. El tiempo transcurre…

Al despedirnos de la comunidad y de las madres, esposas y hermanas de las víctimas, faltaron las palabras y sobraron los sentimientos encontrados; que decir: ¡Que esté bien! ¡Tenga un buen día! ¡Suerte!, ¡Salude a la familia! etc. etc. Contradictorios recursos verbales ante una realidad que cala profundo, pero que nunca perderá la imagen del sufrimiento humano, causado por los propios humanos, en su loco frenesí por el poder. María Fidelia regresó a su nido de soledad y transparencia. Nosotros al obligatorio grito de protesta y denuncia; porque callar la ignominia es también ser parte del silencio cobarde con el que acarician los asesinos a sus hijos.

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TESTIMONIOS Una noche que parece sin fin Dagma, de ascendencia indígena maya Mam, promotora de salud (Estado de Chiapas, México): “Antes, Chiapas era de Guatemala. Cuando México anexó este territorio hace 130 años, se prohibió a los pueblos originarios hablar su idioma y vestir sus atuendos. A la gente que se resistía a hablar castellano, se le cortó la lengua. También se le quemó la ropa.”

Dany, indígena Mapuche y médico en Puerto Saavedra (Octava Región - Chile): “No olvidemos que hubo el Tratado de las Canoas, donde la Corona española reconoce el territorio autónomo del pueblo mapuche, desde el Bío Bío hasta el sur(…) Después de que se independiza Chile, en 1810, se inicia una serie de estrategias armamentistas con un ejército no profesional para incorporar el territorio autónomo mapuche al nacional. Finalmente, después de la Guerra del Pacífico en 1881, el ejército profesional chileno, al mando del coronel Saavedra, inicia una arremetida para incorporarlo definitivamente al territorio nacional. Pero no lo hizo en base del diálogo, sino a partir de matanzas, de violaciones, de quema de nuestras aldeas. Mataron a niños, mujeres y ancianos. Igual paso en el lado argentino. (…) Entonces, no estamos hablando de 500 años, ni de 300 o 200 años (…)

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En el siglo XX, se elabora otra estrategia de dominio político, en la cual intervino el catolicismo y en donde vinieron extranjeros a fundar las tierras “desocupadas”, como se decía. Con Pinochet, el pueblo mapuche fue prácticamente exterminado. Un ejemplo quizá claro, es la práctica por el estado dictatorial, de la esterilización arbitraria de nuestras mujer (…) Y ahora, con los proyectos hidroeléctricos, tenemos 3600 hectáreas de bosque nativo inundadas; también fueron inundados nuestros lugares sagrados, nuestros cementerios y nuestras casas.”

Gabriel , parte del equipo de apoyo en salud y educación comunitaria, Chiapas, México: “Hemos tenido la experiencia en una zona, donde fue muy brutal la integración. La gente no se asume como parte del pueblo Mam; fue muy intensa esta política de integración. Esto ocurrió en los años 30, 40 del siglo pasado: como era necesario delimitar la frontera política entre México y Guatemala, a los Mam del lado de la frontera mexicana se les obligó a quemar su ropa, se castigaba a los niños si hablaban el idioma… fue muy intensa”.

Ruth, indígena Inga y abogada (Valle del Putumayo, Colombia – Fundación de Profesionales Indígenas):


“Yo, actualmente, por los problemas de violencia que hay en Colombia por el conflicto, no vivo en mi pueblo. (…) Es bastante difícil la situación de las mujeres y de los niños desplazados. Ellos han sufrido mucho. (…) La gente está pasando hambre a causa también de las fumigaciones. La tierra está mal.”

Diana, peruana y promotora de salud para el Foro de la Sociedad Civil de Salud Lima: “En el caso de Ica donde hubo el terremoto (…), han pasado dos años y todavía no se soluciona el tema de la vivienda. La Coordinadora Nacional de Derechos Humanos recientemente ha elaborado un comunicado según el cual, los hospitales de campaña [que son carpas] siguen funcionando como tales, mas no sirven para emergencias; la maquinaria nueva está en la intemperie y el Gobierno todavía no ha puesto ni la primera piedra de un verdadero hospital.”

Santiago, Aires):

médico

argentino

(Buenos

“Trabajo en un hospital nacional y con población migrante boliviana: es una de las gentes más sufridas que conozco. Porque es gente que ha dejado su cultura, su lugar y ha venido a nuestro país, donde es discriminada, explotada. No se puede insertar porque nuestro país rechaza mucho a la gente de los sectores pobres que viene de otros países como Bolivia.”

Yonatan, afro-descendiente venezolano, homosexual y Director general de Venezuela Diversa (Caracas): “Trabajamos con personas indígenas que han huido de la discriminación en sus comunidades. También hay personas afrodescendientes y de origen europeo que han nacido en Venezuela. Trabajamos también en la reivindicación de los derechos de los grupos “trans”, que son personas a las que han violentado su derecho a la salud, al igual que a nosotros los “gays”. Al obligarnos a ajustarnos al patrón heterosexual, al sistema binario, al sistema de exclusión o de dominio del otro o de la otra. (..) Así, se nos violenta el derecho a la salud (…) y esto nos causa frustración, depresión, nos genera hasta violencia interna y, a veces, violencia hacia los demás grupos. (…) [En cuanto a los “trans”], el Estado no reconoce el derecho que tienen estas personas a tener el auto control de su cuerpo, de su personalidad. (…) Y como no hay políticas públicas de salud para estos casos, y para obtener el cuerpo que desean, recurren a métodos peligrosos, como el trabajo sexual para subsistir, se inyectan aceite de avión o de carro o agua destilada para hacerse aumentar los pechos. (…) Muchas terminan con algún tipo de infección grave que les conduce a la muerte.”

Constanza, argentina, psicóloga comunitaria (Córdoba): “Argentina es un país católico y ahí es donde sentí los mayores obstáculos para que las

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mujeres puedan vivir libremente su sexualidad, su reproducción. Me parece que se trata de un control permanente del cuerpo de la mujer, sobre todo de los sectores pobres y también porque la salud sexual y reproductiva es tomada por el modelo médico; entonces quedan asimismo los temas de la sexualidad y reproducción encajados en un solo cuerpo también.”

David, nicaraguense que se define como “multiétnico”, con ascendencia misquita, mestiza y criolla, promotor de salud en la Región Autónoma de la Costa Atlántica Norte: “Para la nueva generación de Miskitos, el buen vivir va a tener otro concepto por la influencia de la globalización, y la televisión ha influido mucho porque mucho de los jóvenes no entienden eso. Incluso han llegado al irrespeto a los concejos de ancianos, a los líderes comunitarios, y se está volviendo una generación como muy capitalista. Entonces ese modelo que viene implementando el gobierno, la nueva generación sí lo está adoptando ¿y qué pasa ahora? Tenemos un caso muy serio: los líderes comunitarios jóvenes están haciendo negociaciones directas con las industrias que están explotando, sea en el mar, ya sea con la madera o con las minas.”

Crisanta, indígena maya kakchikel – Guatemala: Zona de la concesión minera en San Miguel Ixtahuacan - Guatemala: “La empresa llegó a ofrecer muchas cosas, pero nosotros ya no lo aceptamos por los problemas que ellos están generando. No solo están trabajando ahí donde compraron sus tierras ya

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hace 11 - 12 años, sino que nos dimos cuenta que ellos estaban avanzando más con las compras de las tierras. Entonces, nosotros no estamos de acuerdo con eso, porque si la empresa va a seguir comprando tierras, entonces ¿a dónde iremos nosotros? ¿Qué herencia dejaremos nosotros a nuestros hijos, a los que vienen por atrás? Porque nos damos cuenta pues que no sólo en la comunidad de Nueva Esperanza y San José existe el oro, sino que a nivel de San Miguel, incluso a nivel de Guatemala (…) Entonces yo no me puse de acuerdo con ellos: por eso pusieron órdenes de captura, llegó la policía… y en ese año no me capturaron, eso fue en el 2008(…) Y el año pasado fue cuando la empresa empezó a comprar la tierra en un paraje, donde también tenemos otras personas que viven en ese lugar, que han estado en la resistencia y que no quieren vender sus tierras, que defiende sus nacimientos de agua. Y entraron a comprar, y antes de que la empresa negociara con esos vecinos, nosotros les pedimos que no compraran en esa parte. Cuando la empresa compró, entró a perforar, pero nosotros fuimos a hablar con ellos, en forma pacífica, para que ellos retiraran sus maquinarias: dejaron de trabajar 15 días, después volvieron a instalar la maquinaria cerca donde estaba el nacimiento de agua. Entonces, los vecinos de ese lugar les pidieron que no perforaran en ese lugar, que retiraran la maquinaria, pero no respetaron. Invitamos a las personas de otras comunidades para que nos apoyaran. Aquí en San Miguel hay personas que no hablan español; entonces me pidieron hablar con el gerente de la empresa. Llegaron los de la


empresa y platiqué con ellos, les dije cómo era el problema, por qué razón la gente no estaba de acuerdo: porque dependían de sus nacimientos de agua (...) Como no tuvimos respuesta, la gente se enojó y quemó un carro que estaba detenido y la máquina perforadora. La empresa volvió a girar otra orden de captura en contra de mí. Yo estaba en mi casa cuando me llamaron que ya la policía estaba aquí. Eso fue en el mes de junio del año pasado [2009], entonces tuve que salir, estuve afuera del municipio de San Miguel; estuve 6 meses en otro lugar. En el mes de diciembre volví otra vez a mi casa. Pero después de estar un mes aquí en mi casa, me capturaron. Pero gracias a dios que no estoy sola, sino que muchas comunidades me están apoyando, que me liberaron en una comunidad de Las Escobas. Y aquí estoy, agradezco a los compañeros que están con nosotros ahora, que están en la resistencia. Los trabajadores dijeron a los de la empresa que me demandaran con la comunidad, para que me sacaran de la comunidad. Pero no pudieron, no podían sacarme de la comunidad. Entonces fue cuando ellos cortaron el chorro. A nosotros nos costó trabajo tener nuestro chorro de agua enfrente de nuestra casa, y ahora nos dejaron sin agua (…) Las amenazas de la empresa son que si voy a seguir en contra de la minería, si no se logra capturarme, me van a secuestrar, y que si me capturan, me van a meter 50 años en la cárcel. A mí me preocupa bastante porque tengo mis hijos pequeños, si yo no tuviera mis hijos pequeños doy mi vida por mi pueblo, pero lamentablemente es

que por mis hijos, es donde más me preocupa… Cuando estuve fuera de casa mis hijos ya no participaban de la escuela, mi niño perdió su grado…Eso es donde más me preocupo.(…) Tengo otras 7 compañeras más que tienen orden de captura. (…) Antes de que la empresa minera viniera aquí a San Miguel, nosotros estábamos bien, aunque nosotros ganábamos nuestro dinero aquí en las fincas, en ese tiempo íbamos a trabajar, a cortar el café, en el mes de agosto a diciembre-enero. Y vivíamos más contentas porque terminábamos el trabajo allá, veníamos aquí a nuestras casas, felices con nuestros vecinos, nos visitábamos con nuestros vecinos, con nuestras familias… pero ahora que vino la empresa todo fue una destrucción, porque ya nuestros vecinos que trabajan con la mina ya no nos quieren ver, y también con nuestras familias, incluso nuestros padres, nuestros hermanos se han vuelto en contra de nosotros y eso es lo más triste que la empresa está generando. Antes convivíamos bien con nuestras familias, pero ahora todo fue la destrucción de nuestras familias y entre comunidades.(…) Han fallecido personas ya por la contaminación. El año pasado murió un señor. Lo que nos comentó es que él se metió a bañar en un nacimiento de agua. El señor sufrió de enfermedad de la piel y falleció. Lo llevaron al hospital, y los doctores dijeron que esa enfermedad no la habían visto ellos aquí, y no tuvo cura. Y aparte de eso el año pasado falleció un señor de aquí, hoy están celebrando un año. Era un trabajador de

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la empresa. Trabajaba donde está la represa de cola. Otro también falleció de la misma enfermedad, de la contaminación, y otros están enfermos ahora. Entonces eso a nosotros nos preocupa bastante. Aparte de eso falleció un mecánico: hubo un desperfecto en una tubería del drenaje ácido: se reventó la tubería y se regó el agua del proceso que es donde está depositado el cianuro, en el cuerpo del muchacho. En la parte baja se siembra tomate, que es zona costera, y ahí está la represa de cola y el agua filtra en el río; y de esa agua riegan los productores de tomate”.

Madre de Inmar Orlando Barros Zet; Zona de la Cementera en San Juan de Sacatapéquez - Guatemala: “Por esa empresa lo perdí, a mi hijo. Y es el único que yo tenía. Yo soy viuda y mi hijo, lo perdí. Ahora estoy sola. Yo denuncio esa empresa [la cementera]; no quiero que esté aquí en este país. Porque nos causa mucho daño, mucha tristeza; nos trae muchas cosas malas. Antes de eso, nosotros no teníamos ese problema: nos queríamos; los que éramos vecinos nos queríamos. Y ahora entre nosotros, hay mucha envidia por culpa de la empresa."

Pablo, afro-descendiente uruguayo y Director de AMISEU (Asociación de Minorías Sexuales de Uruguay): “Una reivindicación que estamos llevando desde los distintos grupos originarios, es que se reconozcan las etnias. Uruguay es muy particular,

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porque la población Aruba fue eliminada hace muchos años. Recién ahora hay como un leve movimiento que se inicia entre sus descendientes y también de los afro-descendientes que tienen una lucha de quizás más años. Queremos reivindicar el derecho de ser reconocidos como etnias y que se empiece a tener en cuenta la diversidad cultural que hay en nuestro país (…). En Uruguay, aceptamos las diferentes opciones de orientación sexual en la construcción del género. Pero, más allá de los avances en leyes, en la práctica no se está respectando. Nosotros trabajamos para una inclusión real.”

Dagmar, de ascendencia indígena maya Mam y mestiza, promotora de salud (Estado de Chiapas, México): “Entre los indígenas tzotziles, se considera que la mujer sirve solamente para hacer hijos y para realizar los trabajos de la casa. Mientras más trabaje una mujer, mejor es. Las mujeres tzotziles todavía son vendidas para el matrimonio, sin saberlo, hasta que llega el hombre a la casa de sus padres. La familia la vende contra botellas de Coca Cola o de alcohol y algo de comida. (…) Si ellas dicen que no quieren casarse, deben asumir esa deuda con la comunidad y son como ajenas dentro de ella, porque son consideradas como desobedientes.”

Rosenda, indígena maya kakchikel, Guatemala: “El machismo en las comunidades continua ahora fuerte; pero no es una práctica ancestral, sino que es introducida para idiotizar a los hombres, idiotizar a las comunidades (…). Desde


los 60 a los 80, estos años sirvieron para entrenar a hombres, a introducir el poder en sus mentes para dominar a los otros, para matar a los otros, para odiar a los otros. Estos hombres fueron grandes asesinos con sus hermanos y hermanas: hubo violaciones, torturas, tierras arrasadas. Nosotros venimos de tierras arrasadas (…) pero

esta ideología que el ejército introdujo en los hombres, continua ahora. Con la firma de la paz, no es que somos felices y contentos. No. Estamos en guerra todavía: hay guerras en las casas, hay guerras en las familias, hay guerra en las mismas personas. (…)

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tres

EL AMANECER 83


EL MITO Las tumbas de los antepasados Esta es mi memoria de las tumbas de nuestros antepasados cuyo recuerdo no ha desaparecido, solamente las tumbas. Estas son las tumbas de Qomoyuc Tata Queh y Pacal Camey, vecinos de Zakbín, vecinos de los dos terrenos de siembra de Qolón. Esta es la tumba de Qomoyuc Tata Tzutuhil, vecino de Zotz, vecino de Xincú, vecino de Ragag. Esta es la tumba del difunto abuelo Qulahay y de Qulahay Tzián, el hijo mayor del difunto abuelo Qulahay, vecino también de Xincú, vecino de Zaquil, vecino del llamado Tata Noh.

Cuando ellos vivían reinaba Oxlahuh Tzíi en Yximchée (1) sobre el Ratzamut con los grandes varones Xahil y los grandes varones Chopená Balam y los grandes varones Xitayul Qatú y los grandes varones Pacal Queh, nuestros abuelos. De este modo los habitantes de los campos, los habitantes del pueblo, son ahora polvo entre las paredes de las tumbas. Sus rostros están ahí, pero su recuerdo no ha desaparecido y por eso escribo mi memoria. Yo, Diego López, Pequeño Pacal, el viernes, a los diez días del mes de abril.

He aquí las tumbas del Pacal Camey y el Pacal Canux, que lindan con Ixmaleh y lindan con Tecumat Iq y lindan con Tecumat Tata Can. Esta es la tumba del difunto abuelo Vuchumanel y Bahán Coktí. El abuelo Vuchumanel es vecino también de Xitayul Tata Tzián, vecino de Zotz, vecino de Tunal Tata Ganel. Esta es la tumba de los Xulumatatt, Xulumatat Batzín y Xulumatat Gatú de Chakayaal Ixpón y el Pacal Tata Ixtziquinahay de Tzala.

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(1) Capital de los Kaqchikeles al momento de la invasión española. Memorial de Sololá, anales de los Kaqchiqueles. Titulo de los Señores de Totonicapan. Pagina 161 - 162. Version de Adrian Recinos. Piedra Santa Editorial. 2008 Guatemala.


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UN POEMA Boletín y Elegía de las mitas (parcial)

…… Pero un día volví. Y ahora vuelvo! Ahora soy Santiago Agag, Roque Buestende, Mateo Comaguara, Esteban Cuchitaipe, Pablo Duchinachay, Gregorio Guartatana, Francisco Nati – Cañar, Bartolomé Dumbay! Y ahora, toda esta tierra es mía. Desde Llangagua hasta Burgay; desde Irubí hasta Buerán; desde Guaslán, hasta Punsara, pasando por Biblián. Y es mía para adentro, como mujer en la noche. Y es mía para arriba, hasta más allá del gavilán. Vuelvo, Alzome! Levántome después del Tercer Siglo, de entre los Muertos! Con los muertos, vengo! La Tumba India se retuerce con todas sus caderas, sus mamas y sus vientres. La Gran Tumba se enarca y se levanta después del Tercer Siglo, entre las lomas y los páramos, Desde los ríos, donde moríamos en cuadrillas. Desde las minas, donde moríamos en rosarios. Desde la Muerte, donde moríamos en grano. Regreso. Regresamos! Pachacámac! Yo soy Juan Atampam! Yo, tam! Yo soy Marcos Guamán! Yo, tam!

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Yo soy Roque Jadรกn! Yo, tam! Comaguara, soy. Gualanlema, Quilaquilago, Caxicรณndor, Pumacuri, Tomayco, Cuchitaype, Guartatana, Duchinachay, Dumbay, soy! Somos! Seremos! Soy. Cesar Dรกvila Andrade. Ed. Casa de la Cultura Ecuatoriana, Quito, 1975

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ARTICULOS

Desde la espiritualidad ¡La lucha de los Pueblos!

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oj-Noj, el Altar Maya se prepara. Todos los ingredientes están listos para la conexión con el nawal Kawoq. Los guías espirituales conocidos como Aj’kij han llegado desde muy temprano, mientras los asistentes a la IPHU, algunos inquietos, otros con las expectativas del ritual que pronto dará inicio, pero alegres y

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sonrientes, se saludan y se ubican en torno al círculo de piedra que desde ya, se transforma en el centro de un espacio sagrado regentado por el Fuego. Una a una se depositan las ofrendas que serán consumidas por la danza de Xaml. Son el copal y el ocote, el incienso y la panela,


las flores, las frutas y los granos, la albahaca, el romero y la miel, divididos en segmentos que orientan cuatro líneas direccionadas: la una hacia el oriente, por donde nacerá el sol; en su extremo opuesto, el occidente, con el reino de la noche; el norte en donde sopla el viento y el sur con el nacimiento del agua. Se distribuyen igualmente los colores que corresponden a los cuatro lados del mundo, pero el círculo abraza el Universo. Ya con el fuego encendido, se inicia el ritual que invoca las energías del cosmos y las distribuyen entre los presentes. Todo

apunta al entendimiento del ser humano y su profunda relación con la Tierra, las plantas, los animales, el agua. Desde nuestro silencio cómplice con los demás, reflexiono: ¿Con cuanta ignorancia de espíritu llegaron los invasores, hace más de 500 años hasta estas tierras, que no fueron capaces de comprender la riqueza y profundidad de este tipo de mensajes, llenos de vitalidad y alegría? Mientras ellos, ávidos de oro, sólo pudieron imponer el imperio de la barbarie con sabor a muerte y dolor.

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Igualmente, resulta urgente darle otro contenido a la palabra “sagrado”, pues no se trata de una simple noción religiosa, sino al contrario, de una categoría de enseñanza primordial y compenetración de nuestro ser y los demás, con la unidad de todo aquello que nos rodea y le da sentido a la existencia misma. De suerte que la lucha de los pueblos, no sólo originarios, pues le compete a la humanidad entera el combate a las injusticias e inequidades sociales, debe pasar en este nuevo milenio por la práctica de una espiritualidad militante, que explique y practique las claves del buen vivir,

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cuya esencia está llena de principios básicos y el saber compartir. Así, la construcción de una nueva sociedad comprometida con la vida, no será el simple discurso o acciones inútiles que desangre a los más pobres, puesto que llevará como norma general el respeto y la comprensión de las diversidades, tal como ocurre con los componentes del Altar Maya, contenidos en un solo cuerpo al que le abraza el círculo. En esta mañana, algo golpeó las profundidades de nuestro entendimiento. Las aves nunca dejaron de acompañarnos con su canto, el viento refrescó la temperatura encendida por


el fuego sagrado. Así comenzó un nuevo día cargado de sueños y expectativas ¡La energía nos fue dada!

Nos toca ahora a nosotros caminar y atraparle a la muerte, antes de que ella nos devore sin haber realizado nuestros compromisos.

La Interculturalidad en la salud

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n algunos países de América Latina ya llevamos más de 25 años debatiendo sobre la Interculturalidad. Producto de este largo y a veces estéril proceso, algunos estados han incorporado de forma literaria a las nuevas constituciones los términos: pluricultural, pluriétnico e incluso, plurinacional. En otros, la discusión comenzó más tarde, mientras que algunos no lo hacen aún o simplemente lo ignoran.

direccionalidad de lo que buscan cimentar, el debate seguirá prolongándose por encima de las realidades que se busca cambiar.

Dando la impresión de un mundo con diferencias profundas y, ciertamente, ello es verdad, pues en este inmenso territorio con diversidades culturales, sociales y políticas, los caminos por andar son difíciles, si no imposibles, al menos por ahora. En este sentido, los grupos de trabajo de la IPHU congregados en Chimaltenango, discutieron sobre el tema, concertando y divergiendo, razón que nos permite entender que: Muchos términos que se discuten en los últimos años, han surgido desde la reflexión de intelectuales y académicos interesados, más en las categorías epistemológicas que en el entendimiento de las necesidades concretas de los pueblos involucrados. Por ello, mientras no sean estos últimos quienes definan la

Es decir, que el reconocimiento y la afirmación de las identidades dentro de la unidad cultural de los pueblos originarios y afro-descendientes, resulta ser la única garantía para que un verdadero diálogo de

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saberes establezca el puente de una auténtica práctica de la interculturalidad, que siempre estará por encima de las leyes y el arbitrio de los gobiernos nacionales de turno. Quedando como reflexión paralela, la necesidad de pensar en la relación y las contradicciones que se establecen entre la sociedad y su medio ambiente respectivo, puesto que la cultura no es otra cosa que el resultante de esta dinámica siempre en movimiento, dentro de la cual cobra sentido la interrelación de los grupos humanos, ya sea desde su parentesco o diferencias, pero

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siempre en la búsqueda del saber compartir y convivir con aquello que es propio a cada comunidad humana. Mientras que, a medida que siga deteriorándose la naturaleza y los territorios étnicos cercenándose, los acuerdos se hacen más urgentes, sobre todo en torno a la defensa de los espacios de vida, que son en último término la base de la reproducción social y la supervivencia del Planeta, sin cuya existencia de nada servirán las buenas intenciones, vengan de donde vengan.


Día Internacional de la Tierra

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l 22 de abril no pasará desapercibido en Guatemala y en muchos de los países del mundo, particularmente en aquellos que están compuestos por una mayoría o un importante sector de población indígena y de origen ancestral. Efectivamente, en Ciudad de Guatemala, una marcha de más de 10.000 personas que representaban

a diferentes pueblos que forman la gran unidad Maya: Q’eqchi’, Pocomchi’, kiche, Ixil, Xinca, Poceman, Q’anjobal, Mam, rabinal Achí y Tzutujil, cruzó la ciudad, recorriendo más de 10 kilómetros hasta llegar a la Casa Presidencial. Otro tanto ocurría en el resto del país, tanto en las urbes como en el campo, de suerte que el grito en defensa de la Tierra

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se escuchó profundo en las conciencias o, al menos, en los oídos de la gente. Mujeres y hombres con trajes multicolores. Autoridades comunitarias con sus bastones de mando y otras insignias, muchos de ellos vestidos con elegantes ternos y sombrero. Jóvenes madres cargando en sus espaldas a sus tiernos hijos, ancianas con el signo de la dignidad y el dolor gravado en sus rostros, niños sonrientes pero inquietos, algunos

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descalzos y de la mano de sus padres. En fin, un mosaico de expresiones humanas y culturales que esperaban las disposiciones finales para dar inicio a la caminata. Así arrancó la marcha en defensa de la Tierra: caminando en hileras dobles y disciplinadamente, desde El Obelisco y con dirección al centro de la urbe. Luego, como pequeñas vertientes venidas de diferentes arterias laterales y que descienden hasta el


gran torrente, esto es, la Av. La Reforma, cientos de personas engrosaron la multitud que crecía con rapidez. Desde los vehículos se perifoneaban consignas a favor de la vida y en contra de las acciones que pretenden sacrificarle a la Tierra, hasta sus entrañas, a fin de aumentar sus capitales y el poder político sobre pueblos y seres que sólo buscan una vida digna y en paz. Los marchantes, igualmente, cantaban y entonaban consignas de denuncia y reivindicaciones puntuales.

Sin embargo, la euforia de los participantes contrastaba con la actitud de quienes observaban en silencio y pasivamente su paso. ¿Existe acaso un distanciamiento entre la población urbana de Guatemala y las comunidades indígenas? Por qué es visible que salvo alguno que otro rostro, la identidad entre la gran mayoría de habitantes de este país, viene de un mismo origen y culturalmente se reconocen, incluso por encima de las diferencias construidas por

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los grupos hegemónicos, tanto durante la Colonia como a lo largo de la República. Cosas que deben responderse por esa urgencia de redefinición de las identidades, más allá del juego político e ideológico que se visibiliza en la historia de los últimos cinco siglos de la América invadida y colonizada. Podría ser igualmente porque ciertos temas como el específico de este día, no entra en el calendario de las reivindicaciones urbanas, puesto que el medio ambiente poco importa o no se visibiliza, salvo claro está, la polución

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en todos sus niveles. Retomando el curso del evento, igualmente fueron importantes las denuncias en torno a las mineras, cementeras, explotación petrolera, mega proyectos hidráulicos, cultivos extensivos de palma africana y caña de azúcar, que están destruyendo la naturaleza y dividiendo a las comunidades, en medio de la represión más salvaje. Se escucharon las voces de San Juan de Sacatepéquez y San Miguel Ixtahuacán, afectados por la acción de


poderosas familias locales en asociación con empresas multinacionales de Canadá, Suiza, Estados Unidos, España y otros países del llamado “primer mundo” Así, en medio de la marcha, comisiones de dirigentes llegaron hasta las oficinas de las respectivas embajadas, situadas en lujosos edificios de la zona moderna de Guatemala, las mismas que ostentan el poder invisible de los dueños del mundo. Su objetivo era el de dejar por escrito las exigencias para que terminen

las acciones mineras en el territorio nacional. Y como era de esperarse, coincidencia o no, los diplomáticos no se hallaban, pues estaban de viaje, tal vez recibiendo nuevas órdenes ¿quién sabe? Luego, ya en el centro de la ciudad, igualmente se procedió a entregar el documento en la Corte Suprema de Justicia y finalmente en la Casa de Gobierno. ¡Pero que va! Todas las autoridades se hallaban ocupadas. ¡Total!

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Fue entonces que con los bastones de mando y demás insignias de poder comunitario, apoyados por los participantes en la movilización, los dirigentes exigieron ser recibidos por el Presidente de la República, sabiéndose que no podía atender al grupo, ya que se hallaba reunido con la alcaldesa de San Juan de Sacatepéquez, quien al final, de forma descarada buscó dirigirse a los presente, siendo rechazada con gritos y silbidos, pues era acusada de traidora a su pueblo y vendida a los intereses de los dueños de la cementera. Dos

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funcionarias

celosamente

escoltadas

por los guardias de seguridad llegaron hasta la puerta y recibieron el documento. En el mismo, los demandantes exhortaban a dar cumplimiento a las exigencias de la ONU y otros organismos mediadores, los mismos que intervinieron luego de los violentos incidentes ocurridos como parte de la represión policial a las aldeas y pueblos involucrados en el sector de San Juan. La marcha terminó a las 14h00 con un acto político en la plaza central de Ciudad de Guatemala, en el que intervinieron los


dirigentes de la misma. Se recalcó el hecho de que esta era la última acción conciliadora; terminado el plazo que contiene el documento, las comunidades indígenas tomarán otros causes a fin de que su voz sea escuchada.

A la espera de que estas acciones no sean tomadas como actos de terrorismo -la cómoda excusa- para descargar todo el odio de la burguesía contra quienes intentan subvertir su orden de explotación y miseria.

Sistemas ancestrales de salud en América Latina

L

a existencia de una historia continua, con más de 10.000 años de ocupaciones humanas en lo que ahora constituye América Latina, ha permitido el surgimiento de los más diversos pueblos, con culturas de alguna manera próximas, aunque las diferencias son visibles en el campo que observemos y, muy en particular, por fuera de las grandes unidades geográficas que se distinguen al interior de este inmenso territorio. En efecto, deben distinguirse algunos elementos, destacándose: América en general, y particularmente desde el Río Grande hasta Tierra de Fuego, está constituida por grandes unidades espaciales y territoriales en donde convergen aspectos físico-ambientales, situación geográfica y últimamente, incluso las fronteras de los modernos estados nacionales, con particularidades muy propias que las distinguen entre sí. Citemos entonces los seis principales escenarios espaciales: La región andina, la cuenca Amazónica, La Patagonia, la región del Caribe, incluyendo las islas ahí ubicadas, América Central y Mesoamérica. A cada una de estas unidades espaciales le

corresponde igualmente un mosaico de pisos altitudinales y ubicaciones latitudinales, paisajes, climas, suelos, en fin, diversidades ecológicas que comportan complejas cadenas de vida, tanto de flora como de fauna, que se interrelacionan en tejidos únicos, pero con fronteras abiertas que permiten la permeabilidad de estos componentes entre sí, al menos dentro de lo que se denominarían zonas de transición. La presencia del ser humano, desde hace más de diez milenios, ha sido en estas circunstancias un continuo proceso de aprendizaje que se relaciona con el medio ambiente de cada unidad espacial y los componentes menores de la misma. De suerte que la cultura, en su más amplia expresión conceptual, aparece como el resultante del enfrentamiento permanente con el medio ambiente característico de cada zona, la superación de las contradicciones que de ello devienen, pero finalmente, la relación íntima con la misma, de la cual se extractan los elementos claves para la supervivencia material y la construcción de los cuerpos ideológicos que sostienen el mundo de las expresiones culturales, incluyéndose las prácticas religiosas y aquellas que se vinculan con la salud y los sistemas de saneamiento corporal, psicológico y social.

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En otras palabras, en América Latina vivimos un conjunto de relaciones, que están en primer lugar vinculadas con lo dialéctico de la naturaleza y la comprensión de sus leyes generales y particulares a cada región; mientras que, por otro lado, somos parte de la elaboración y evolución de un corpus de valores que se cimentaron hace milenios, desde la cultura ancestral de nuestros pueblos, sobreviviendo muchos de ellos hasta nuestros días, como el resultado de un largo proceso histórico de cambios y permanencias.

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Así, podríamos señalar que a cada una de las seis unidades espaciales antes descritas le corresponden diversos sistemas culturales, que incluso observan diferencias menores al interior de sí mismas, aunque hacia afuera aparezcan como un todo, directamente vinculados a sus medios naturales de existencia, lo cual les vuelve únicos y con una riqueza enorme de conocimientos, no sólo en el sentido de las prácticas que apoyan la correspondencia entre los miembros de las comunidades involucradas, pues igualmente lo son en el reconocimiento de las propiedades


y usos de recursos provenientes de cada lugar de vida. En este sentido, si consideramos a la salud, a la prevención y a la cura de enfermedades, como prácticas que se han diseñado a lo largo de los siglos, resulta evidente que en cada pueblo de Latinoamérica existe un inmenso conjunto de saberes, que se han mantenido, incorporando nuevos conceptos, valores y agentes de saneamiento, o incluso modificando algunos de ellos, de acuerdo a la presencia de diferentes situaciones históricas o sociales, que particularmente han intervenido

en los últimos siglos debido a la incursión de factores exógenos a la vida y cultura de estos pueblos. Ante lo cual caben algunas reflexiones por desarrollar y, naturalmente, medidas por emprender, así: ¿Están estos sistemas en peligro de desaparición definitiva frente a los avances de la sociedad contemporánea que antepone el concepto de ciencia occidental a las prácticas tradicionales en el campo de la salud y el saneamiento?

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¿Se han estudiado y sistematizado debidamente estos sistemas? ¿Se ha dado a conocer de manera adecuada todo este conjunto de saberes, de suerte que los mismos no se queden en el campo de la charlatanería, o como máximo en aquel de los “conocimientos primitivos”? ¿Se están dando los pasos suficientes para revalorizar y apoyar desde los estados nacionales y la sociedad en general estos conocimientos y prácticas que aparecen, incluso como alternativas ante una medicina atomizada y costosa? Estos y otros puntos que de acuerdo a nuestro criterio y por la experiencia reunida en el campo de la investigación antropológica, podrían responderse de la manera que sigue: Estos sistemas se hallan efectivamente en peligro de subsistencia, debido a varias razones, entre ellas la categorización como conocimientos no científicos y que apenas sirven para atenuar males menores; también por la simple vulgarización de las prácticas, hecho que se ha producido en los últimos años, rebajándolos a la simple condición de empirismo o incluso brujería. Por lo mismo, un estadio peligroso para que los sistemas de salud ancestrales se mantengan, al menos dentro de su concepción original y con el aval de los verdaderos cultores de estos saberes. Igualmente, vale señalar que si bien el mundo académico a realizado importantes esfuerzos por estudiar y sistematizar los sistemas de salud ancestrales, no existe hasta

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la fecha un verdadero registro de cuerpo entero sobre los mismos en América Latina, muchos de los cuales se han recogido con el consiguiente desmembramiento de los saberes que aparecen aislados y sin que se perciba la unidad en el principio básico que hemos señalado anteriormente, esto es, la relación de la cultura con el medio ambiente y de manera preponderante, de los sistemas de salud con la naturaleza circundante a cada pueblo que lo construye. Por lo cual, una verdadera confluencia entre prácticas, estudio integral de los sistemas y su reconocimiento social mediante la construcción documental de los principios, recursos, valores y uso, tampoco se ha realizado, cuanto más que contamos en la actualidad con importantes mecanismos de difusión masiva, a través de medios como los digitales, la TV, la radio, impresos, etc. Es decir, estamos ante la urgencia de enseñar a la sociedad, los sustentos, ventajas e incluso la afirmación de las identidades latinoamericanas, que se expresan en categorías tan importantes como el reconocimiento de esa unidad fundamental entre el ser humano y la naturaleza, que ahora más que nunca debe protegerse como fuente de salud y de vida . Finalmente, si bien en muchos estados de América Latina se han dado pasos importantes para el reconocimiento de los saberes ancestrales en materia de salud, vale señalar que los mismos no son suficiente y que se requiere de un esfuerzo conjunto entre sus instituciones, las instituciones internacionales de la salud, investigadores


sociales y comunicadores, conjuntamente con los actores principales, esto es, los pueblos y nacionalidades ancestrales, a fin de estructurar un verdadero mecanismo que permita tener en los sistemas de salud ancestrales, una alternativa frente a la medicina contemporánea. Todo ello, porque es así mismo fundamental establece algunas diferencias entre dos visiones y prácticas de la salud. La contemporánea,

llamada medicina occidental, que no observa como una sola realidad al cuerpo y la mente, especializándose en espacios tan pequeños de cualquiera de las dos, a punto de perder la integralidad entre el individuo y sus partes, o peor aún en su relación directa con la familia y la sociedad. Mientras que la visión de la salud ancestral considera a cada segmento en el ser humano como fundamental dentro de un todo interrelacionado y, por lo mismo, definido como un conjunto sistémico que

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incluye una quinta categoría, a partir de la naturaleza que rodea y se articula también con cada conglomerado humano y las personas en particular. Lo que significa que la primera pierde su rol de universalidad, ocupándose de aquello que aparece como fenoménico, determinado como enfermedad; a diferencia de la segunda que ve un solo escenario y dentro de él, a las dolencias corporales o psicológicas, como el detonante en la ruptura del equilibrio, en alguna parte de los miembros. También, porque en el caso de los sistemas ancestrales se privilegia la salud como principio de vida armónica del ser humano con el grupo social y el ambiente, apuntando ante las enfermedades y su cura, la intervención de recursos del medio, especialmente provenientes del mundo de las plantas, más los rituales que suelen ser colectivos o, privados, pero con la presencia de familiares u otros miembros del grupo. Cosa que no ocurre en la medicina contemporánea que actúa solamente cuando el mal se hace presente, buscando el aislamiento del paciente y generando una relación directa entre el enfermo y el médico. Debiendo insistirse en la parte económica, ya que frente a los costos de medicamentos y procedimientos de curación que impone la moderna ciencia médica, los métodos alternativos que ofrecen los sistemas de salud ancestrales se distancian radicalmente, ofreciéndose estos como una alternativa para la inmensa mayoría de los pobladores de los países latinoamericanos que no viven en

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condiciones propias como para acceder a los servicios de la medicina oficial. Punto en el que se plantea la posibilidad de un sistema doble de atención médica y de salud, a partir del reconocimiento y valoración justa de ambas prácticas, que pueden complementarse, en particular cuando se trata de enfermedades culturalmente diferenciadas dentro de los códigos que mantienen los grupos sociales, diferenciados por sus ordenamientos de valores y visiones del mundo y la existencia. Es en estas condiciones en las que se articula el presente proyecto de investigación, sistematización y difusión de los sistemas de salud ancestrales practicados por pueblos y nacionalidades de las seis unidades espaciales que forman la América Latina del siglo XXI.


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TESTIMONIOS

La interculturalidad como un paradigma del amanecer del Abya Yala

Ruth, indígena Inga y abogada (Valle del Putumayo, Colombia – Fundación de Profesionales Indígenas): “Yo la defino [a la Interculturalidad] como la define nuestro pueblo. Es algo, como dicen nuestros mayores: mirar al “Taita Kuychi. Usted mira al Arco Iris, tiene diversidad de colores. Una inmensidad. Y es bonito observar esta diversidad y, miramos que cada color tiene algo llamativo, algo que le conmueve. Así somos las personas: somos diversos y cada uno, tenemos mucho que hacer, mucho que contar, mucho que vivir. Y cada color no se revuelve con el otro; tiene sus espacios. Entonces estos espacios de vida, nos lo merecemos. Y si todos nos llevamos armoniosamente, equilibradamente, con mucha tolerancia, con mucha paciencia, con mucho respeto ante todo, se va a ver esa unidad total, muy bonita, y que da el Arco Iris.”

Pablo, afro-descendiente uruguayo y Director de AMISEU (Asociación de Minorías Sexuales de Uruguay): “La interculturalidad que proviene de nuestro sentir, nuestro saber y en base a nuestro actuar, nos permite poner en práctica nuestros conocimientos culturales para ayudar a obtener

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una buena calidad de salud, una buena salud integral”.

Saúl Pauu, indígena Maya Kakchikel y promotor de salud (ASECSA, Chimaltenango - Guatemala) “Los pueblos Mayas, en principio tenemos que conocernos nosotros mismos. La intraculturalidad (…) se aprende desde la familia, posteriormente ( ) entre culturas que es la pluriculturalidad. Para un estado significa, dentro de su sistema jurídico, sólo en tintes de papel, sin embargo desde la práctica, tenemos más de quinientos años de resistencia, pero también somos una cultura con 5126 años y con un sistema político, con un sistema económico, que nos heredaron nuestros abuelos, pero también con una organización social, que cada día más, está tomando fuerza en este país.

Abad, indígena tenek (Huasteco) y Director del centro Nacional de Ayuda a las Misiones Indígenas (Estado de Vera Cruz, México): “En México, tenemos una diversidad de culturas, una diversidad de pueblos, una diversidad de lenguas. (…) Es en relación con estos pueblos que la interculturalidad se da (…) a través de una cosmovisión propia de la vida, de la salud, de sabidurías y de formas de mirar la vida. (…) Los


Nawatl y los Huastecos mantienen una relación muy estrecha, no solamente en su lengua o en sus formas organizativas, sino también en su medicina. Se puede ver cómo un conocimiento nawatl le ayuda, le fortalece a un conocimiento tepehuane o huasteco.”

raíces, el paradigma de la unidad es nuestro nuevo guía, si es que queremos cambiar el sistema destructivo que nos han enseñado”

Leticia, indígena maya kaqchikel y sistematizadora en ASECSA – Chimaltenango (Guatemala):

“El tema de la interculturalidad debemos definirlo como un tercer espacio establecido dentro del respeto y la tolerancia (…), desde los procesos de identificación, hasta las acciones que se llevan adelante.”

“De la experiencia que yo he vivido en ASECSA, muchas de las prácticas [de salud] son muy similares: por ejemplo en los encuentros nacionales de promotores de salud o de comadronas, ellas intercambian conocimientos en el tema de enfermedades, o en los casos de atención al parto: cómo por ejemplo, resuelven los partos complicados.”

Rosario, médico boliviana con ascendencia aymara (Organización Mujeres Candelaria) “Hacer interculturalidad con las mujeres de esta organización es como integrarse al trabajo existente: político, económico, en la salud (…), dependiendo de las características de cada comunidad. Vemos a la interculturalidad como una integración.”

Viviana, promotora de salud, Bolivia:

Carla, mestiza boliviana y promotora de salud en comunidades aymaras y en la cárcel:

Elio, peruano y promotor de salud voluntario en IMPAVIH (Información para convivir con el VIH SIDA): “La interculturalidad es el intercambio de varias culturas, no solamente de nativos o indígenas. (…), basado sobre el respeto mutuo.”

Diana, peruana y promotora de salud en el “Foro de la Sociedad Civil de Salud- Lima”: “Se trata de un intercambio de sabidurías, de las diferentes opiniones, es decir, todo lo que abarca la historia de un pueblo y hace que eso se interrelacione.”

Alta Gracia, pediatra afro-descendiente dominicana (Plan International): “El hecho de convivir con Haitianos nos permite

“Estamos entrando de frente al nuevo trabajar la interculturalidad. La interculturalidad paradigma de vida, de un cambio civilizatorio nos permite convivir entre culturas mediante humano, donde urgentemente necesitamos el respeto mutuo, poder actuar unos y otros y volver a sentir la conexión con nuestras

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poder mantener un equilibrio de vida.”

Yonatan, afro-descendiente venezolano, homosexual y Director General de Venezuela Diversa: “La interculturalidad la veo en tres niveles o etapas: una etapa que es la que tiene que darse en la recuperación de nuestros saberes originarios. En segundo, la veo como un intercambio armónico y respetuoso de estos sabere,s para construir un tercer espacio, que es en donde debemos trascender la utopía, gracias al respeto y la complementaridad. En la población sexo - diversas, todas y todos tenemos un punto en común: el que queremos y vivimos de forma diferente, según la orientación sexual que elegimos, porque tenemos una identidad de género.”

Roberto, alias “Halcón”, indígena Mixteco y nawatl –tlatole, educador popular (Región Costa Chica, Estado de Guerrero, México): “En el sentido de la palabra, nosotros sabemos de la relación que existe entre ellos, nosotros y ustedes y, que entre ellos, nosotros y ustedes, podemos encontrar un punto de equilibrio para poder comunicarnos. Creemos que la interculturalidad tiene que entenderse como el respeto al otro, para que él pueda también respetarnos. “

Dagma, de ascendencia indígena maya Mam, promotora de salud (Estado de Chiapas, México):

Leticia, indígena maya kaqchikel y sistematizadora en ASECSA – Chimaltenango (Guatemala):

“Cuando se habla de interculturalidad, es cómo se ven las cosas de manera diferente; es cómo sentirse, porque estas cosas salen del corazón.”

“Es como la convivencia armónica que se pueda dar entre culturas, con respeto mutuo.”

Mario, promotor de salud mexicano:

David, nicaraguense que se define como “multiétnico”, con ascendencia misquita, mestiza y criolla, promotor de salud en la Región Autónoma de la Costa Atlántica Norte: “No es lo que la gente ha venido pensando, esto es: el rescate de las tradiciones, de las costumbres, de la medicina tradicional, tratando

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de combinarlas. Se trata de un equilibrio entre la medicina occidental y la medicina tradicional.”

“Es el compartir experiencias de vida, salud y desarrollo entre las culturas.”

Sofía, promotora de salud mexicana: “Pues yo la entiendo como la interacción y la aceptación de los diferentes conocimientos como son la medicina occidental y la medicina tradicional.”


William, promotor de salud nicaragüense:

Claudemir, promotor de salud brasileño:

“Partiendo del concepto de salud, defino a la interculturalidad como el bienestar físico, mental y social; últimamente, se le ha agregado el bienestar espiritual.(…) Desde la perspectiva de la interculturalidad, hay que tomar en cuenta el respeto a la diversidad cultural de los pueblos originarios y la valorización de los estilos de vida (cosmovisión o cosmogonía) de los pueblos originarios que preservan y conservan prácticas que permiten un estilo de vida en armonía con el entorno de la comunidad: como una manera de que la vida en armonía y el respeto por el entorno permiten la prevención de enfermedades.

“Creo que la interculturalidad es una forma muy fundamental para trabajar con los pueblos indígenas, afro-descendientes y pequeños agricultores, porque con la interculturalidad estamos respetando su modo de vivir, su idioma materno, sus rituales tradicionales. Sin interculturalidad, no hay respeto.”

Desde la perspectiva de la atención a enfermedades y los servicios de salud, la interculturalidad debe de considerarse en la valoración y promoción de algunas prácticas exitosas de los pueblos originarios, para restablecer la armonía del cuerpo y del entorno.”

Marvin, indígena Inga (Valle del Putumayo, Colombia): “Dentro del término universal de “interculturalidad” que nosotros hemos discutido durante mucho tiempo, hemos visto que para unas culturas tiene una definición y para nosotros, otra. En lo que nosotros, los pueblos indígenas creemos en realidad, es en una red: creemos en un sentimiento de pertenencia y como indígenas, queremos darle un significado de importancia a este término que abarca también lo latinoamericano.”

Byron, afro-descendiente ecuatoriano:

“Respetando los conceptos y opiniones diferentes considero que, la interculturalidad en primer lugar significa, el RECONOCIMIENTO por parte del sistema rector de la EXISTENCIA, de cada una de las culturas o manifestaciones culturales propias de las etnias, nacionalidades, y pueblos, que conviven bajo los lineamientos políticos, sociales, culturales, económicos etc., dispuesto por dicho sistema. Uno de los roles del sistema rector o dominante es el de borrar de la memoria de los grupos étnicos, nacionalidades y pueblos toda clase de manifestaciones culturales, precisamente por que es la fórmula más eficaz para mantener el control o dominio de una sociedad, es decir que el reconocimiento arriba señalado, no ha sido gratis, ni mucho menos espontáneo, es la consecuencia de la resistencia, la firmeza y de la lucha de los pueblos originarios y afro descendientes de Abya Yala”.

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Los riesgos en la interpretación y las prácticas interculturales Andrea, promotora de salud mexicana “La interculturalidad implica la coexistencia de varias culturas en una misma realidad y, la relación que se entabla entre dichos referentes culturales que no siempre es igualitaria. La mayoría de las veces existe una cultura hegemónica que subordina a las demás, deslegitimando y descalificando en diferente medida los elementos de la(s) otra(s) cultura(s) (…). Pensar en interculturalidad en salud exige pensar en otras formas de acceder a la tierra y al agua, pensar en otras formas de trabajo y distribución de los recursos, pensar en otras formas de entender el cuerpo y las relaciones sociales, Implica construir otro mundo más respetuoso, igualitario y equitativo.”

para el poder o puedo reconocerla, pero dentro de un sentimiento de minusvalía. Puede marcar aún más las diferencias.”

Viviana, comunicadora boliviana “Para hablar de interculturalidad en salud, debemos poner sobre la mesa los términos en los que se habla de la misma; en qué condiciones queremos que se desarrolle el trillado diálogo intercultural que nos proponen las transnacionales y las grandes corporaciones que cuidan sus intereses. No se puede hablar de interculturalidad cuando hay desigualdad de condiciones, cuando uno está en una plataforma elevada sobre el otro diciéndole qué hacer y cómo debe hacer(…) Así pues, necesitamos

reivindicar una interculturalidad crítica, Mildred, promotora de salud venezolana, emancipadora, donde verdaderamente se especialista en técnicas de difusión respete el conocimiento y las sabidurías diferentes de la medicina homogenizante, audiovisual capitalista.” “Una manera de entender la interculturalidad: es un espacio o una dimensión de contacto en donde hay intercambio o reconocimiento del otro que no se parece a mí. (…) Al reconocer a otra persona o a otro grupo, puede generar un interés en cambiar o acompañar. Lo cual no necesariamente ocurre; entonces, el reconocimiento de esta diferencia degenera en inequidades o en una dinámica del ejercicio del poder que pueden no convenir a los demás. Puedo reconocer la interculturalidad y aprovecharla

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Roberto, alias Halcón, indígena mixteco y nawatl –tlatole, educador popular (Región Costa Chica, Estado de Guerrero, México) “Dentro de la interculturalidad, existen unos factores que, quizás, no se está tomando en cuenta: la desculturación y la aculturación, aparecidas por medio de la migración hacia EEUU. (…). El joven ya no llega con la misma idea, con los mismos pensamientos; por lo tanto cambia totalmente su cosmovisión.”


Ruth, indígena Inga y abogada (Valle del Putumayo, Colombia – Fundación de Profesionales Indígenas): “Veo todavía [entre los participantes] unos pocos que aún no lo entienden [el legado de nuestros ancestros]. Veo algunos que realmente lo sienten como un folclor; no han sentido en su corazón lo

que nosotros queremos transmitir y hasta llegar a eso, toca trabajar mucho más. Por eso, es tan duro que uno quisiera que aparezca el Arco Iris, pero Taita Kuychi no va a aparecer [todavia]”

Germán, indígena tzotzil y servidor de la salud del Estado de Chiapas (México)

La Interculturalidad: aún una incógnita por resolver “Para mí, la interculturalidad es una definición que me parece bien, ya que se habla de todas las culturas y de cómo se da. No lo entiendo bien aún (…)”.

tengo claro ahora."

Wilman, Costa Rica

“En la salud todo tiene que ser integrado. (…) Entonces ya, más o menos, llevo algo para ellos que va en su línea de trabajo, que es como una diversidad de cosas. (…) Tengo que ir allá y pasarles el poquito que yo he podido entender, porque no entiendo mucho. Bueno se los voy a dar y a ver lo que sale.”

“¿Cómo poder brindar un sistema de salud cultural en la pluriculturalidad? ( ) Mi sector, que es el sector indígena más grande de todo el país ( ) en reserva viven 14.000 indígenas ( ) la cantidad de indígenas profesionales y de líderes no es grande: esa es la razón por la cual el sistema [de salud] todavía no se logra equiparar. Entonces, cómo hacer para que uno como profesional de la salud, pueda asimilar la temática desde un punto de vista de interculturalidad. Es lo que no he podido hacer aún. Porque si yo tengo un concepto de lo que es interculturalidad y yo se los impongo a ellos, estaría haciendo lo mismo, estaría atropellando igual los derechos. Eso es lo que realmente no

Ana Valencia, (México)

Estado

de

Vera

Cruz

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LA IPHU Y LA ESPERANZA:

TESTIMONIOS 113


Pablo, Uruguay: "Esta experiencia me va a permitir a trabajar no sólo en la razón y el conocimiento, sino también en el sentir. Y eso va a profundizar y hacer que el trabajo llegue adonde tiene que llegar."

Abad, México (Vera Cruz): "Me ayuda, primero a socializar experiencias y luego, siento que adquiero nuevas herramientas metodológicas, nuevos conceptos de salud, nuevas formar de mirar y atender la salud en otras experiencias de América latina, de Centroamérica. ( ) No es solamente fortalecer prácticas, sino también proponer modelos y sistemas de salud."

Santiago, Argentina (Buenos Aires): "Estuvimos conversando entre gente de toda América Latina y salieron cosas muy interesantes. A mí esto me aporta mucho, sobre cómo la gente trae conocimiento, experiencias de trabajo, que en la facultad y en lugares académicos, no se aprenden."

Claudemir, Brasil: "Lo que vamos llevando de aquí nos da más fuerza para continuar el trabajo en mi país."

Alta Gracia, Santo Domingo: "Me va a apoyar muchísimo, porque precisamente, algo que nosotros queremos rescatar es ese trabajo comunitario. Es el empoderamiento de la comunidad, que ellos deben responsabilizarse en

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la construcción de un estilo de vida responsable. No importa lo que hagamos las ONGs. ( ) En este aspecto, sí he aprendido mucho de los pueblos. ( ) Nosotros tenemos promotores de salud, pero no al nivel de capacitación que aquí existe."

Yonathan, Venezuela: "En primer lugar, me ayuda a valorar lo que tengo en casa. En segundo lugar, a reforzar cosas que no veo tan positivas en mi país. Y luego, a tratar de articularme en red, porque desde el grupo de la sexo - diversidad, es necesario."

Leticia, Guatemala: "Este seminario para mí es bastante importante, porque también conocemos las luchas que se dan en otros países. No ha sido fácil practicar la salud propia de su cultura en su país. Creo que así analizamos la situación de otra manera, cómo se refleja en la lucha de los compañeros. Me ayuda a enriquecer los conocimientos que tengo ahora, para trabajar aquí en los talleres."

David, Nicaragua (Región Atlántico Norte): "La experiencia de la IPHU ha sido enorme para mí. Tengo otra visión de la salud: Yo creía que la salud integral era la atención, la parte tradicional, pero nunca la había visto como la Madre Tierra. O sea que se debe respetar a la Madre Tierra que le da la vida. Nunca lo noté. Ya sé que una salud integral no tiene que ver sólo con la parte física o la parte mental, sino que tiene que ver con todo lo que nos rodea."


"Voy a llevar algunos mensajes de aquí ( ) lo que nos falta hacer allá y compartir allá con los compañeros. Un agradecimiento al IPHU que me ha dado la oportunidad de venir aquí."

organizadores. Estamos contentos, muy, pero muy agradecidos por lo que han hecho con nosotros: fortalecer nuestra cultura, habernos mostrado el movimiento indígena guatemalteco, un honor haber escuchado al compañero Quizhpe en su conferencia, un referente de la lucha indígena latinoamericana y un honor de haber participado, de haber apoyado la Marcha de nuestros hermanos indígenas de Guatemala. ( ) A seguir luchando por nuestra vida, por nuestra Madre Tierra, por la naturaleza. Un agradecimiento muy especial."

Ruth, Colombia (Putumayo):

Mildred, Venezuela:

"Me parece que los pasos que está dando el IPHU y el Movimiento para la salud de los Pueblos es un muy buen trabajo para humanizar al planeta y que eso se debe dar algún día, unos frutos para que deje de sangrar nuestra Madre Tierra."

"Al principio, yo tenía como una mirada más romántica o ingenua de lo que era la interculturalidad. Pero lo que estoy juntando ahora es producto de un montón de días, no sólo de intercambios de opiniones teóricas y de experiencias, sino en el cuarto con las compañeras, en los almuerzos, de una cantidad de reflexiones que siento que han nutrido esta versión que tenía sobre la interculturalidad. Esto me va a permitir contextualizar más ese intercambio con la gente en mi trabajo. Me ha gustado mucho el trabajo que realiza el MSP. Me gustaría que se lo diera a conocer entre los jóvenes para que ellos puedan empujar con más fuerza toda esta labor."

Roberto Halcón (México): "Me está fortaleciendo, porque al escuchar otras experiencias, me estoy dando cuenta que no voy caminando solo y que no vamos caminando mal."

Germán, Chiapas:

Dany, Chile (Octava Región): "Lo que hemos sacado del IPHU es precisamente la formación de promotores. Es una de las ideas y propuesta que llevamos allá para ejecutarla en el territorio mapuche, para mejorar la calidad de la salud. Creo que hemos desaprendido de ciertas cosas que eran necesarias. Yo creo que los objetivos que se propuso la IPHU, están más que finalizados y concretados. En cierta forma, se logró unión, se logró alegría, se logró espiritualidad, se logró estrategia y nosotros lo vamos a aplicar a la realidad nuestra. Entonces un agradecimiento al IPHU, a ASECSA, a los

Viviana, Bolivia “Participando, viviendo la cosmovisión Maya, confirmo el sentimiento de hermandad que

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surge entre los hijos de la tierra que aunque tengamos diferente color de piel, diferente idioma y hayamos nacido en diferentes lugares, nos sentimos cercanos, hermanados por al amor a la Madre Tierra. Esto, por si mismo, me ayuda no sólo como profesional de la salud, sino como persona; parte del tejido viviente que nos conecta mas allá de lo que nos imaginamos.”

Gabriel, Chiapas “Yo pienso, una vez terminado este IPHU, que hemos fortalecido lazos entre las personas participantes, entre sus organizaciones y movimientos de donde vienen. Que se da una apertura mayor. Que esta diversidad de la que hablamos de los pueblos originarios realmente se trata de una mayor diversidad respetuosa, que independientemente de que alguien sea o no parte de un pueblo originario, de que alguien tenga o no determinada preferencia sexual, no sea impedimento para que se fortalezca una red, para construir mejores condiciones de vida para muchos pueblos.”

Byron, afro-descendiente ecuatoriano: “Con la experiencia rica de la IPHU de Guatemala logre asimilar y por ende entender que antes de emprender cualquier proyecto reivindicativo, social, político, o de desarrollo en las comunidades indígenas, campesinas o afro-descendientes, es necesario empezar por estudiar, aprender y practicar sobre el concepto

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que sus integrantes tienen de la vida, sobre sus costumbres, sus formas de alimentación, su religiosidad o como ellos lo llaman, su cosmovisión.”


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UNA CORTA EVALUACIÓN DE LA IPHU GUATEMALA 119


E

l día 24 de abril del año que transcurre se clausuró el curso de la IPHU, denominada “Salud Intercultural, perspectivas desde los Pueblos Originarios y Afro descendientes de Abya Yala”. La ciudad anfitriona, Chimaltenango, próxima a la capital, Ciudad Guatemala, fue testigo del evento, ya que muchas de las intervenciones se transmitieron por las radios locales. Igualmente, la Asociación de Servicios Comunitarios de Salud (ASECSA), entidad que hizo de sede y parte importante del desarrollo del evento, organizó la ceremonia de cierre del curso, dirigida por guías espirituales mayas, quienes, con idéntico procedimiento realizaron también la ceremonia de Bienvenida, ocurrida el 14 de abril.

dependiendo de cada uno de los países, puesto que, mientras en Bolivia y Ecuador se ha tratado el tema desde hace ya tres décadas, llegando como consecuencia de ello a inscribirse en las respectivas Constituciones la categoría de Estados Multinacionales, en otros, el debate se halla en curso, existiendo un buen número de sociedades en las cuales el tema es poco conocido o simplemente se desconoce.

De esta forma, la espiritualidad de un pueblo que alcanzó los más altos niveles del desarrollo civilizatorio en América, y que ha sufrido a partir de la invasión española, los más cruentos y salvajes actos de genocidio organizado, entregó su cuota más preciada, entendida en su ritualidad y saberes ancestrales, tan celosamente guardados a lo largo de generaciones.

En este proceso se entiende la urgencia de descolonizar nuestros pensamientos y acciones, a fin de generar una relación entre iguales, como parte fundamental del diálogo de saberes que se busca construir.

Pasado este acto, la evaluación necesaria de todo lo ocurrido a lo largo de diez días de intensa labor, por parte de los estudiantes, docentes, facilitadores y organizadores, tocó varios aspectos que creemos sistematizar en los siguientes elementos: El tema de la interculturalidad en América Latina tiene niveles de discusión muy distintos,

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Fue igualmente visibilizada la interculturalidad como un diálogo entre todas las partes de los conjuntos sociales: indígenas, afro descendientes, blancos, mestizos y demás participantes del mosaico étnico y cultural que define a nuestros pueblos.

Las minorías que se entienden por sus preferencias sexuales, grupos marginales y otros, también deben participar en este proceso, puesto que conllevan igualmente saberes y experiencias, en algunos casos, propios de la realidad contemporánea en que vivimos. La riqueza cultural de los pueblos y naciones de América Latina, su conocimiento del medio físico, etc., guardan un enorme potencial en relación con la atención primaria y la salud en general, incluso de personas con enfermedades


que se dicen propias de esta época. Como parte de un proceso histórico en el cual se estructuraron los territorios étnicos, que quedaron desmembrados o seccionados a raíz de la invasión, es fundamental en los actuales momentos, iniciar un camino de reconstrucción de los mismos, ya que en estas unidades físicas se hallan contenidos los ejes articuladores del buen vivir, a través de la satisfacción de las necesidades más importantes del ser social, su cosmovisión y cultura, que no son otra cosa que esa especial relación que establecen los pueblos con la naturaleza en donde viven y han vivido.

de trabajo, terminando las jornadas con actos culturales, hasta bien avanzadas las horas de la noche. Por todo ello, por lo aprendido y compartido, por lo que dejamos y trajimos cada uno de los participantes, nada más que un abrazo fraterno y hasta la próxima IPHU, mientras que entre telones se ve venir la Tercera Asamblea Mundial de la Salud de los Pueblos.

Dada la importancia del tema, el debate sobre la interculturalidad ya no se centra únicamente en el área de la salud, puesto que la misma es una vertical que atraviesa todos los aspectos de nuestras sociedades, incluyéndose como un determinante en la perspectiva del cambio social. Por lo mismo, queda claro que se deben construir los puentes articuladores entre la cultura y la política. O dicho de otra forma, elevar las categorías culturales y su vivencia al nivel del discurso y la acción política. Finalmente, vale comentar que este curso, luego de una rigurosa selección entre las 310 personas que aplicaron, habiendo sido seleccionadas sólo 50 provenientes de 17 países latinoamericanos, tuvo como característica la organización y disciplina con la que se realizaron cada uno de las sesiones

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EQUIPO COMUNICANDONOS

A

l llegar al aeropuerto de Guatemala hay que tomar algunas previsiones sobre todo si eres ecuatoriano y tienes el pelo largo, lo primero y muy importante es no abrir la boca y decir que vienes a un evento de indígenas, esto para los agentes de migración resulta muy sospechoso, esto lo comprobamos cuando a nuestro compañero Patricio lo detuvieron por cerca de una hora para “hacerle algunas preguntas de rutina”. Superado este “pequeño impase”, continuamos con nuestro reto; acercarnos a la realidad de la interculturalidad desde la visión de los pueblos originarios y negros, para intentar trasmitir a través de la construcción colectiva de un libro, y tres videos, las ideas, los conceptos, los sueños, sentires, visiones, pensares de 65 delegados de toda América latina reunidos ahí en la mágica Guatemala. Antes de viajar, habíamos debatido, discutido, indagado sobre el tema, el internet, un par de libros, muchos artículos, pero sobre todo las conversaciones y orientaciones de Jaime y Domique, fueron las principales fuentes, aunque estábamos convencidos que el “material” estaba en la forma en la que nos involucráramos en el evento, en el contacto y el dialogo directo en las comunidades. Una vez que estábamos completos, ya se habían integrado Santiago y Silvina que venían

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desde Argentina, y Virgilio de Nicaragua, nuestro punto de partida fue el de identificar algunas personas claves, entonces conocimos a Edy y Carlos de Guatemala quienes serian nuestros brazos, ojos, pies y manos, también identificamos algunas palabras mágicas; refacción, embriagante, mero, cabal… es que una refacción a las 11 de la mañana te cae de lo mas bien sobre todo si no has desayunado, y que cabal que resultaba pegarte un par de embriagantes para aguantar la mera noche trabajando. Involucrados en el evento fuimos redescubriendo la dimisión de nuestra tarea comunicativa, no se trataba de registrar y registrar, poco a poco fuimos construyendo vínculos y sentimientos compartidos, y vamos encontrando esa comunicación natural y espontanea de la que son mantenedores los pueblos originarios, esa comunicación que relaciona entre si a todos, el uno con el otro, el otro con muchos otros, con nosotros, y nosotros con otros. Por eso cuando nos comunicamos, cuando hacíamos las “entrevistas” el registro o la “reportería” , sentíamos que no estábamos hablando del otro sino de uno mismo, no estábamos hablando del pueblo de Guatemala, estábamos hablando de nuestra Abya-Yala. Jorge Quizhpe


Jaime Hidrovo (Ecuador):

Investigación, entrevistas y relatoría.

Dominique Gomis (Francia):

Jorge Quizhpe (Ecuador):

Coordinación del equipo y registro en fotografía y video.

Silvina Alessio (Argentina): Registro fotográfico y en video. Edición de video.

Investigación, entrevistas y relatoría.

Patricio Matute (Ecuador): Registro en video y entrevistas.

Santiago Ameigeiras (Argentina): Virgilio Medina (Nicaragua): Registro fotográfico.

Alimentación de página web.

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PARTICIPANTES

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INDICE PRÓLOGO HOMENAJE

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EN TORNO A CHIMALTENANGO Apertura académica del IPHU Guatemala

9 11

LA INTERCULTURALIDAD EN LA SALUD La interculturalidad: un poco de historia Respuestas a la interculturalidad; IPHU – Guatemala Sexo-Diversidad: Interculturalidad y vertientes diversas de “Género” dentro de la cultura Otras expresiones culturales paralelas a la cultura Conclusión

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UNO EL DIA El mito Un poema Invocación Axipe Totex (parcial) Artículos: Iximché, en el corazón de Guatemala ¿Diálogo entre civilización y barbarie? Así ¿cuál fue el perfil civilizatorio del pueblo Maya? Territorios étnicos y nacionales frente a la globalización Testimonios El buen vivir DOS LA NOCHE El mito Segunda Rueda Profética de un doblez de Katunes 11 Ahau

33 34 36 37 41 43 47 50

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Un poema Boletín y elegía de las mitas (parcial) Artículos: Represión y religión

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Sectas protestantes; un plan orquestado para la dominación de América Latina con sello; “Made in USA” 60 Masacre e impunidad 64 Es un monstruo grande y pisa fuerte 67 La minera en San Juan de Sacatepéquez 70 Testimonios Una noche que parece sin fin 76 TRES EL AMANECER El mito Las tumbas de los antepasados Un poema Boletín y elegía de las mitas (parcial) Artículos Desde la espiritualidad ¡La lucha de los Pueblos! La interculturalidad en la salud Día internacional de la Tierra Sistemas ancestrales de salud en América Latina Testimonios La interculturalidad como un paradigma del amanecer del Abya Yala Los riesgos en la interpretación y las prácticas interculturales La interculturalidad: aún una incógnita por resolver

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EL IHHU Y LA ESPERANZA: TESTIMONIOS

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Una corta evaluación del IPHU Guatemala Equipo comunicándoNOS Participantes

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